La licencia oficial del campeonato de motociclismo.

Pero aquí esta Namco, con el mejor Arcade de las dos ruedas en su haber, y con la experiencia acumulada de este año con el hard de Playstation 2. Ateniéndose a la licencia del campeonato oficial de 500 cc, al incremento de circuitos y modos respecto a la recreativa, por fin estamos en disposición de emular las fanfarronerías de Doohan, Crivillé y Checa, ya sea de paso, enmendando la que ha sido una de las más decepcionantes temporadas por parte de los pilotos españoles.

Así pues, el hecho de ser acreditores de la póliza de la FIM implicará que cuando os pongáis a los mandos de cualquiera de las 36 Motos divididas en 12 escuderías, o los hasta 21 corredores que podrás ir desmantelando a medida que te abras paso en el modo "Challenge", el notar que a parte de la firma de todos ellos, los detalles de caracterización, estilo, y maneras, han sido calcadas de los originales. Aunque todo esto pertenezca a alardes gráficos, el mero hecho de poder subirte a lomos de estas bestias del asfalto, poder saborear todo lo que su motor permite, o lo que la maniobrabilidad deja, es toda una experiencia.

Por ejemplo, el equipo de Repsol Honda Team dispone de los dos tipos de maquinaria que llevan arrastrando desde antes de que Doohan abandonara el circuito profesional por un desafortunado accidente, las de dos y cuatro cilindros, así como poder lidiar con Yamahas, Suzukis, Maxon, Modenas, Protons, y una plétora de patrocinadores que dependiendo de con cual acarreéis, las posibilidades serán infinitamente distintas.

Si alguna vez has tenido la oportunidad de montarte al descomunal mueble de GP 500 en la versión para salones especializados, seguramente te habrás fijado en que aparte de atesorar menos números en cuanto a carreras y pilotos, los modos de juego no era precisamente su especialidad. Sin embargo, para cuando la doméstica ya este en la calle, podréis catar todo tipo de posibilidades que anteriormente eran impensables.

Con el que más hemos disfrutado ha sido con el multijugador; la pantalla se partirá en dos, y aunque no podréis correr un campeonato junto a un amigo, los desafíos con dos participantes son un auténtico vicio. Ir chupando la rueda de tu adversario, cerrarte en una curva, evitar abrirte para que se te cuelen por el ángulo corto y hasta provocar la catástrofe ajena apurando al máximo un viraje son alguno de los ingredientes que hacen grande a este modo.

De todas formas, con el que conserva más similitudes es el campeonato. En él, recomendamos encarecidamente disponer un amplio número de vueltas a realizar en cada gran premio, en esencia porque no es que abunden en cantidad. Una vez preparado, seguro que disfrutarás como nunca batiéndote contra todos los profesionales viendo en todo momento quien es el que te está haciendo la vida imposible.

Namco ha introducido una opción a fin de que le saques el máximo partido a todas las posibilidades que el compacto te proporciona, y este es el "Desafío". Consistente en aventurarte en instantes peliagudos en medio de una persecución, con los que, una vez terminada con éxito, destaparás aquel piloto con que hayas jugado y su compañero de fatigas correspondiente.

La presentación ya avisa a que tipo de juego nos estamos enfrentando. Imágenes reales grabadas para la ocasión, que dejan paso a un motor gráfico que hará palidecer a la mismísima placa Arcade system 286. Posteriormente, tendrás la oportunidad de interactuar por menús vistosos pero pragmáticos, en el que se ha dado mucha relevancia al juego de paneles amontonándose a fin de crear un efecto muy agradable.

Y sin embargo, esto en realidad es excesivamente frívolo si lo comparamos a lo que es el juego en si. Ante todo por lo increíblemente suave que circulan todas las motocicletas, por la forma de plegarse, y por el realismo con que elevan la rueda y hacen caballitos al salir de una curva. En el plano de los movimientos, puede alardear de estar dotado de sino el mejor, de los más logrados de cuanto han pasado por consola alguna.

Además de lo ya comentado, hay un par de detalles más que delatan la mano que han aportado algunos de los pilotos más famosos del circuito internacional, y es que cuando estás a punto de encarar un ciraje cerrad y frenas de golpe, veréis como vuestro conductor se pone derecho y mira el trazado que dibuja en el asfalto su próximo obstáculo, además de girar la cabeza cuando se está a punto de producir un rebasamiento en plena recta.

Si hubiera que tildarlo de algo negativo, seguramente esto sería la formación de algunas aristas dentadas, y que muchas veces no da la sensación de estar sobrepasando los 200 km hora, por lo que en un momento dado afectará el manejo intuitivo de la carrocería.

De todas formas, todo esto queda a la altura del betún cuando metro tras metro vas descubriendo todos los entresijos, estructuras, fondos y colorido que destilan los decorados. No ya solo por el sumo trabajo en condimentar mediante objetos los escenarios, sino porque todos tienen ese aspecto que los hace comunes; por ejemplo, de Suzuka destaca por la noria de mastodóntico tamaño que impera en el horizonte, en el Paul Ricard francés, el hombre que piende de la grúa sosteniendo la "Ckeckered Flag" o varios puentes y paneles publicitarios en el anguloso territorio de Donington, Gran Bretaña.

Aun y habiendo percatado este sinfín de posibilidades de Moto GP, no podrás decir que lo has visto todo hasta que no se te disparen las pupilas en la máxima expresión del potencial de PS2, y eso se demuestra una vez estés ojeando las repeticiones.

La eternidad de cámaras por donde tomar la estela de los corredores, situadas en primeros planos, a pie de cañón, desde el típico helicóptero que retransmite desde el aire, o los más de 7 puntos de vista distintos que hay para escoger antes de la carrera, y a los que siempre podrás recurrir a la hora de guardar un resultado que te haya emocionado. Si ya te da grima verlo por la televisión, te advertimos que este no se queda corto.

  m  ú  s  i  c  a

En realidad tampoco esperábamos encontrarnos con partituras de ensueño, ni temas variados que nos conmocionen a la espera de escenas épicas. Hay que tener en cuenta que es un juego deportivo, y que partiendo de esta premisa, y sabrás lo que te espera.

Una banda sonora simple y aleatoria dependiendo del momento en que estés surfeando por los menús, y una melodía realizada para cada circuito.

Por ello hemos visto con buenos ojos que se hayan molestado en tanto grado el ambientar de forma exclusiva cada uno de los trazados, y más aun, que no siempre estemos a expensas de la misma tonada al escoger cuales serán nuestras bazas en la parrilla de salida.

  s  o  n  i  d  o   f  x

Como siempre, un juego de estas dotes necesita de sonidos y efectos contundentes, y desde luego, Moto GP no va a ser la excepción que confirme la regla.

La generación progresiva del motor, la forma de revolucionarse, los choques contra algún parapeto, los neumáticos destrozando los granos de arena, la hierba quemándose...

Sería una pérdida de tiempo intentar enumerar todos los detalles que desprende la penúltima producción manadas de Namco, tanto, que se llega a la conclusión de que jugarlo con el volumen bajo mínimos pierde gran parte del encanto de sentir como se descontrola la moto o te das de bruces contra las vallas de protección.

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

En el caso de que te gustara la maniobrabilidad de la versión original y le supieras quitar todo su jugo, ya te harás una idea de por donde van los tiros. Evidentemente no es lo mismo que tumbarte sobre un mueble con forma de moto, y frenar con el dedo índice a la par que aceleras con un golpe de muñeca, pero el estilo de frenaje y de darle gas si usan las mismas referencias.

Lo que ha hecho característico a MGP es que la velocidad con que discurre un circuito bajo las ruedas de la moto, hacen que muchas veces nos confundamos a la hora de tomar con una u otra velocidad una curva, y eso, puede ser el mayor de los problemas si quieres terminar de una pieza cualquiera de los retos. No estamos hablando de un juego rápido, es más bien de control, de aprender a esperar y a encontrar el momento adecuado, y aunque no lo parezca, tarde o temprano quedarás prendado por este sistema.

Nosotros, en las primeras partidas, casi siempre nos íbamos al arcén o terminábamos incrustando el vehículo de dos ruedas en el amasijo de neumáticos que hay como protecciones, aunque con un poco de paciencia, y siempre teniendo en mente que no podremos ir eternamente a velocidades de vértigo, acabamos por controlar cualquier pormenor que se nos plantara ante nuestros dominios.

Todo esto, contando que hay dos tipos distintos de conducción, ya queda aprendido y sirve como experiencia. Si te arriesgas con la simulación, verás que el control de las ruedas incrementa notablemente. Cuando estas plegando a grados demasiado agudos, es muy probable que culeés sin remisión, y a la postre, ir a comer un poco de la hierba que adornan la carretera.

El otro caso es mucho más recomendable para los principiantes que quieran asumir las instrucciones básicas de seguir la marca del suelo, cerrarse violentamente justo antes de entrar de lleno en un desvío, o el sucio truco de estar pendiente del rebufo contrincante.

Con todo en mente, para el instante decisivo terminarás siendo una auténtica leyenda que ni el mismísimo Wayne Rayne. Las acciones de provocar la caída de otros, rebasarles en líneas rectas de mucho calibre o conseguir superarles siguiendo su vestigio rozando el arcén son todo un premio a la constancia que el juego te sabe agradecer, y que una vez cometidos, hacen de ti un jugador impávido al ver como puedes mejorar en la próxima carrera.

Aunque nos pese reconocerlo, el compacto de Namco no es eterno. Por muchos modos de juego que hayan ideado para esta ocasión de gala, por las diferencias de respuesta de todas las motocicletas, y hasta los dos nuevos tramos disponibles, no son ni mucho menos lo que podría haber sido un torneo a gran escala, con absolutamente todos los grandes premios de la FIA.

Lógicamente en algo tenía que flaquear, y esto siempre deja las puertas abiertas a una mejora para una futura secuela. No obstante, Moto GP te va a durar mucho más tiempo de lo que crees. Es divertido, adicitivo, y la opción multiplayer dilata como ninguna otra el que puede ser considerado como el primero de un esperanzador catálogo del género de estos diablos de dos ruedas.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

PS2 aun no ha cultivado en demasía el género de la conducción, sobretodo si lo comparamos al inabarcable catálogo con el que cuenta su predecesora y esto, puede convertir a la ultima pieza de Namco en un compacto devoto a todos los que estén deseando echarse unas vueltas por unos cuantos trazados.

Estamos seguros también, que no ha terminado de paliarnos el sabor agridulce de Ridge Race V, no obstante, lejos de quedarse en un atisbo de calidad como Driving Emotion, Moto GP tiene todas las papeletas para durarte en el interior del lector de tu consola un montón de meses, no ya por lo tremendamente adictivo que resulta tomar parte de un campeonato, o lo endiablado de mantener un duelo a dobles, y es que en realidad, y muy a pesar de la poca cantidad de circuitos, el afán de superación, tanto en desafíos como en los tiempos, te condenarán irremediablemente a estar pegado delante de tu televisor hasta que encuentres a un digno sucesor.

Junto a Time Splitters, SSX Snowboarding o International Superstar Soccer, se añade a la lista de títulos que allanan el paso a las grandes obras de arte que están por ver la luz en la consola negra de SONY.