Bangai-0

Confieso mi total admiración a Treasure. Me parece una de las compañías creadoras de videojuegos más hilarante y genial de todas las que existen. Sus comienzos en esto del mundo lúdico-electrónico fueron hace ya algún tiempo como grupo escindido de la todopoderosa Konami.

Maravillas como Gunstar Heroes, Alien Soldier, Guardian Heroes, Radiant Silvergun, o el propio BangaiO, son difícilmente imitables y muchas otras creadoras de videojuegos ya quisieran para si unas cuantas mentes pensantes de las que pueblan las oficinas niponas de Treasure.

 Los mundos característicos de Treasure vuelven a darse cita en esta increíble representación de lo que pueda ser un matamarcianos en su máxima expresión jugable y original. Controlamos a un robot gigante que tratará de restaurar la paz y tranquilidad en un mundo donde los edificios cuelgan del techo, los coches están aparcados para que los destroces y parece que la fruta es el único elemento comestible del futuro.

Todo parece estar puesto para montar una auténtica orgía de disparos y explosiones. En las primeras misiones no serán muchas pero a partir de la décima las cosas se ponen feas de verdad y los malos de turno te atacarán desde todos los flancos haciendo mella en tu estupendo robot. Elimínalos mediante tus disparos convencionales  y disfruta viendo la cantidad de colores y la aniquilación que provocas entre las hordas enemigas.

Sin embargo BangaiO no se reduce únicamente a disparar contra todo bicho viviente. Treasure ha introducido algunos pequeños puzzles y situaciones que pueden poner a prueba tus nervios. Además siempre tendrás la posibilidad de cambiar entre Ricky, cuyos disparos son 'semi' termo guiados y Mami, con unos disparos que rebotarán por las paredes y que resultarán imprescindibles para solventar determinadas situaciones. Algunas de ellas serán de auténtico infarto y te sorprenderás de la cantidad de enemigos que pueden asaltarte a la vez.

Los nervios de acero y el dedo índice en el gatillo del mando serán una constante, al igual que la acción frenética pasando a a una velocidad endiablada frente a tus asombradas narices

No se le puede pedir mucho a este juego. Son 2D perfectamente realizadas pero sin muchos detalles.

Fondos en su mayoría estáticos, nítidos y bastante variados. Los sprites son pequeños, quizás excesivamente pequeño el gráfico que representa a nuestro robot, pero deliciosamente bien realizados y con un marcada aire nipón.

Los efectos de luces, de las explosiones y sobre todo, el número abrumador de sprites que pone en pantalla el juego (en el caso de que decidamos lanzar nuestros mísiles pueden llegar a haber más de 150 a la vez) son lo mejor del GD y en muchas ocasiones las exclamaciones de asombro y de placer no pararán de salir de nuestras extasiadas gargantas.

El estilo en general es de un marcado carácter manga, nada desagradable y si con un gran tono humorístico.

  m  ú  s  i  c  a

Buenas composiciones musicales de una amplia variedad y que acompañan muy bien la acción.

No tienen una calidad sobresaliente ni un ritmo excesivamente pegajoso pero es en todo momento correcta. La mayoría de las pistas te recordarán a sonidos japoneses y en algunos casos las melodías resultan notoriamente divertidas.

  s  o  n  i  d  o   f  x

No son tampoco muy destacables. Cumplen su función de una forma más que correcta y cada uno de las acciones que realicemos tendrán su correspondiente sonidillo.

Se hecha en falta sin embargo unos sonidos un poco más contundentes en las explosiones y que el cláxon de los coches al destrozarlos sonará más fuerte. Destrozar a los vehículos azules de verdad que es un auténtico gozo...

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

¡Sin duda el aspecto más sobresaliente de este juego. La cantidad de misiones ha realizar, la posibilidad de cambiar de robot en cualquier momento en la partida, la acumulación de mísiles, los monstruos finales, los pequeños puzzles que nos encontraremos, los enemigos que pululan las pantallas, las brillantes frutas.. todo, absolutamente todo, pertenece a un universo muy particular y llamativo.

El control es además sencillo de aprender y herencia de la versión para la Nintendo 64. Hay dos formas de configurar el mando de control, pero la mejor será usar la cruceta digital para mover nuestro robot por las pantallas y los botones de colores para disparar en las cuatro direcciones.

El gatillo derecho servirá para lanzar una horda de mísiles hacía tus enemigos y el izquierdo para cambiar entre los dos robots. No te costará mucho hacerte con los mandos de BangaiO y mucho menos con su adictiva mecánica de juego.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

Como no podía ser de otra manera ha sido de nuevo Treasure la encargada de redefinir un concepto tan gastado como son los matamarcianos.

Aquí el término disparo existe en su máxima expresión. Las explosiones otorgan puntos por lo que pasarás más de la mitad del tiempo destrozando a la pantalla llena literalmente de enemigos.

¡Acción en estado puro! Jugabilidad a prueba de bombas, una historia peculiar, un fino sentido del humor (¡atento a las conversaciones que se suceden durante el transcurso del juego!), unos enemigos cuanto menos tronchantes y una pantalla de puntuación simplemente apoteósica (vosotros sabéis porqué... XD

BangaiO es un juego que te gustará seguro. No te desanimes porque no tenga unos gráficos en 3D increíbles realizados con la última versión del engine más cañero del momento. Todo eso da igual, al final lo que cuenta es la diversión y BangaiO contiene muchísima, tanta, que quizás te pueda llegar a impresionar en tu aturdida retina... Es la jugabilidad de los shooters y la diversión unidas en una feliz y perfecta simbiosis. No te lo pierdas.