Army Men: Land, Sea and Air

La saga Army Men comenzó no hace demasiado tiempo, pero ha sido tan proliferante que a estas alturas ni recordamos el número exacto de títulos que la componen. Ninguno de ellos, lastimosamente, los recordaremos de manera especial, ya que del primero al último han seguido prácticamente la misma línea. Un camino que siempre ha ido encabezado por una extraordinaria idea, pero que nunca ha terminado de llevarse a cabo como debe.

Nos hubiera encantado que Army Men: Land, Sea and Air, nos hubiera sorprendido gratamente, pero al igual que con anteriores capítulos nos hemos quedado con la miel en los labios. A este paso llegará un día en que nuestra irresistible atracción por los soldaditos de plástico se turbe en indiferencia.

Para los que no conozcáis nada de la saga Army Men diremos que la poderosa Virgin, ayudada de gente como 3DO, volcó al mundo del videojuego (tanto en Pc como en consolas) el genial universo de los soldaditos de plástico con los que tantas horas jugamos cuando éramos unos "pezqueñines". Todos los componentes de nuestro antiguo ejército, incluidos vehículos y armas, se darán cita esta vez en la pantalla de nuestro Tv. Igual que antaño, las más duras refriegas se volverán a repetir.

La secuela de Operation Meltdown nos propone tres formas de juego. Podremos participar en las batallas como soldaditos de a pie, ir bien resguardaditos en un poderoso tanque o atacar desde el cielo a bordo de un caza. En la variedad está el gusto como se suele decir. En este caso, se agradece infinitamente las distintas fases que vamos a poder jugar, pero si la calidad de todas ellas es igual no merece tanto la pena el esfuerzo realizado.
Seamos justos y destaquemos las fases del tanque y del bombardero como superiores a las tradicionales batallas entre soldados, pero no os hagáis ilusiones porque la diferencia es leve, sólo eso.

El compacto posee las tres clásicas modalidades de juego: campaña, entrenamiento y dos jugadores. De las dos últimas poco hay que contar, el entrenamiento lo utilizaremos la primera vez para familiarizarnos con los controles, y la opción de dos jugadores recurriremos a ella cuando nos hayamos finalizado todas las campañas.

El juego principal está compuesto de quince fases que se harán accesibles a medida que las vayamos superando. Nuestros objetivos nos serán dados a conocer antes del inicio de las misiones. Como bien podéis imaginar, nuestros cometidos serán variados: defender o atacar comboys, eliminar elementos claves para el ejército enemigo, hacernos paso entre las líneas enemigas, etc.

El atrayente de ver a nuestros soldaditos manejar un lanzallamas, bazookas o tirar una granada queda totalmente intacto en esta entrega. Porque sin lugar a dudas el arsenal que tenemos a nuestra disposición dejaría sin hipo al mismísimo Equipo A.

Si aun no conocéis la saga Army Men, el episodio que analizamos es un buen acercamiento. Posee los elementos, tanto buenos como malos, que la han hecho atrayentes al gran público y todo a un precio más reducido que la inmensa mayoría de novedades de Psx. Si por contra, ya habéis tenido algún contacto con ella, seguiréis sin dilucidar esos grandes detalles que algún día esperamos encontrar en la saga de Virgin.

  g  r  á  f  i  c  o  s
 

Como el resto del conjunto, los gráficos siguen siendo la eterna promesa del juego. Los escenarios parten de una idea bastante buena, pero que no se lleva así a la practica. Las localizaciones están ambientadas en pueblos y valles a imagen y semejanza de las grandes batallas de nuestros tiempos. Sin embargo, la definición y detalle dejan que desear. Al igual ocurre con los personajes, formas y diseños correctos pero que nos cuesta la vida distinguir.

El motor 3D iba en la línea de convertirse en la referencia del apartado gráfico, pero la carencia encontrada en los giros llevó al traste con esa idea.

  m  ú  s  i  c  a

Variados temas militares, algo limitados en número, animan las incursiones de los soldaditos de plástico en las batallas. Con una calidad más que aceptable, nos llama la atención de sobremanera el bajo volumen imprimido a las composiciones. Por mucho que subamos la opción en el menú, las músicas castrenses seguirán escuchándose muuyy a lo lejos. Por resultar tan inapreciables la nota baja muchos enteros.

  s  o  n  i  d  o   f  x

Los efectos fx son limitados. Las típicas explosiones y tiros no han sido representados con la realidad deseada, bien es cierto que están ahí en el momento adecuado, pero con un resultado pobre para nuestros oídos.
Se echan en falta otros detalles que den calidad al conjunto, como diferentes pisadas, gritos de los muertos en batallas, más variedad de sonidos en los vehículos... quizá esperamos demasiado de la saga Army Men.

A los efectos sonoros les acompañan las voces en castellano de nuestro supuesto "superior". Los objetivos de las misiones nos serán narrados por él y también lo podremos oír en alguna misión aislada.

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

La idea de poner a combatir a ejércitos de plástico junto a la variedad de fases motorizadas son las mayores bazas de este apartado. Quitando éstas, prácticamente lo demás es querer y no poder. Dificultad elevada, movimientos que dejan que desear, control muy normalito de los personajes, fases de a pie que hemos visto mil y una veces...
Como veis el cúmulo de inconvenientes que presenta la jugabilidad van arañando el atractivo inicial del título de 3DO, mermada más aun por otros apartados como el visual.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

Una nueva entrega de Army Men llega a PlayStation y van... se nos ha perdido la cuenta ya. Los continuos capítulos de la saga están en la línea de siempre: idea original (que cada vez va a menos), con una realización que deja que desear, dan como resultado un compacto pasable que promete para futuras realizaciones... Y así una y otra vez.
En el caso que nos ocupa es de agradecer el bajo precio al que encontramos el juego, el motivo lo desconocemos oficialmente, pero va en consonancia con la calidad de éste. Ya podrían tomar nota otras distribuidoras y desmarcarse con detallitos similares.