Juegos reunidos con Mario!!

Para empezar, se ha visto incrementado levemente el elenco de minijuegos. De los 56 de la primera parte pasamos a 64, aunque por supuesto no están los mismos. La gente de Hudson ha hecho una selección de aquellas que más críticas habían reportado, y las han suprimido para incluír casi una treintena de novedades en las que prima el martilleo constante de botones, y en menor medida, la sincronización.
También se perciben cambios reseñables en el diseño de los tableros, donde la cifra sigue intacta, un total de 6 con ambientaciones totalmente nuevas. Desde una calurosa isla pirata, al ingrávito espacio, hasta el fatigoso desierto.

  g  r  á  f  i  c  o  s
 
Apenas se notan cambios. Los personajes lucen y se mueven igual. Imaginaos, si hace año y medio la cosa no era harina de otro costal, transcurrido todo este tiempo, y sin cambios aparentes, la impresión no puede decepcionarnos tanto. No obstante, la pinta de cada uno de los participantes es muy agradable y todas sus muecas van a hacerte desprender más de una carcajada.

La cara de MP2 la dan sus subjuegos; cambios de perspectiva constante dependiendo de la situación, efectos (a veces metereológicos) por doquier, y bueno, a nuestro ego virtual en acción desempeñandose como puede entre tanto ajetreo.
Si en algo se han desmarcado un poco, es en el cambio de vestuario dependiendo de que tipo de prueba hagamos; por ejemplo, en el barco pirata, cada uno de ellos se pone un atuendo que concorde con esa atmósfera. Lo mismo sucede en el Oeste americano o cuando nos dirigimos a la infinidad espacial.

No hacía falta ni jurarlo. Univero Mario por todas partes, no hay mejor manera que remezclar algunas ya famosas e introducir otras con ritmos precipitados que peguen a la primera. Suenan bien, sí, pero se repiten en cada tablero, y buena parte de los minijuegos tienen la misma. Sabemos que hacer una para cada oportunidad hubiera sido de locos, aun así, se le puede achacar ese aspecto, le falta algo más...
Indudablemente tienen un aire muy ameno, pegadizo y que acabarás silbandolas sin que te des cuenta, especialmente las tonadas más aceleradas, son de vicio.

El manejo depende esencialmente del tipo de objetivo que vayamos a encarar, sirva de muestra una de las pruebas más tediosas como el cortar un árbol en parejas. La máquina te indica cual de los dos debe pulsar el botón "A". Así, juntándolo con un buen entendimiento, el tándem que concluya antes su incisión ganará.
En realidad hay una lista enorme de variabilidad en el control. Hay otra, en la que únicamente debes deslizarte sobre el balón para lanzar al otro fuera del ring. En ese caso el stick pasa a tener el papel más esencial.
En la carrera de vagonetas, o en que sujetas a unos "Shy Guys" del Mario Bros 2, la victoria se obtiene con la pulsación desenfrenada de "B", con el aliciente, en el caso de la competeción víal que al ir demasiado rápido puedes acabar en las profundidades de la mina sin premio alguno.
Si dudabais de un plantel perfecto de confrontaciones, no lo hagais, esas en las que debías aprender a girar con suma precisión a Mario para más tarde dar un salto de pena y que sin saber la razón no conseguías tu objetivo (esas de pulsar interrogantes), han desaparecido.
No deis aun saltos de alegría, se mantiene la futil garra "atrapa-muñecos", aunque con tanta calidad apenas pasa advertida.

Por muy divertido que parezca, la cosa está pensada única y exclusivamente para varios jugadores. Si te aventuras solo, puedes acabar aborreciendolo en un santiamén. La parte con jugo, los subjuegos, no conseguirán atraparte por mucho tiempo.
Si en cambio sabes que la afluencia masiva de gente a tu casa será un hecho más que habitual, La fiesta del adiposo fontanero puede convertirse en todo un desmadre. Pese a la lentitud del desarrollo, a los pesados turnos, a la extensísima cantidad de tiempo que se pierde en un tablero, Nintendo ha inyectado a su criatura con el suficiente encanto para engancharte irremediablemente... a ti, y a tus compañeros de fatiga.

És una apuesta fuerte para encarar estas navidades, y con la pretensión de conquistar a todos aquél que quedó cautivados por la primera entrega, de igual forma, el volver a gozar con un cartucho de Mario es siempre un orgullo.
MP2 explota como deberían hacer muchos títulos el multiplayer, y desampara como nadie el modo individual. Pero, ¿podrás disfrutarlo por igual si no puedes montar sandungas en casa?, en realidad, es casi seguro que no. Una cosa está clara, con 4 mandos, este juego te va a durar tanto tiempo como estrellas tiene el Universo, bueno, quizá no tanto...