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Ofensiva contra los videojuegos violentos
Las grandes superficies ceden ante las exigencias de los grupos antiviolencia.
Después de que varias grandes superficies comerciales estadounidenses anunciarán su intención de no vender más juegos destinados a un público mayor de 17 años, ahora, otras dos importantes empresas adoptan medidas drásticas para evitar la venta de juegos violentos a menores.
Afortunadamente, las medidas adoptadas por Kmart y Wal-Mart, que así se llaman las citadas compañías, no son tan irracionales como las de otras compañías, pero sí son bastante severas.
Los cajeros controlarán en todo momento cual es el contenido de cada juego que pase por sus manos, a través de un sistema de escáner. Si el juego tiene la etiqueta de "17+", el dependiente obligará al comprador a presentar su carnet de identidad para poder realizar la compra.
La iniciativa viene de Kmart, que posteriormente ha sido adoptada también por Wal-Marf. Desde Km, afirman que esta medida se empezará a aplicar a partir del 15 de Octubre.
Las asociaciones en contra de la violencia han dado su aprobación a la medida, pero han mencionado que preferirían que no se comercializara de ningún modo con estos juegos, pues a violencia de los jóvenes está implícitamente relacionada con el entorno violento que muchos de estos recrean.
Desde Kmart contestan que su política es la de dejar que los padres decidan y controlen lo que compran a sus hijos, no considerando apropiada adoptar una filosofía tan radical.
Todo esto acontece mientras una comisión federal realiza un informe sobre los juegos violentos y sus efectos. Las conclusiones de este informe y la resolución que adopte la cámara de comercio serán vitales para saber el futuro de la industria en tierra estadounidense y, en consecuencia, sus efectos en el resto de los países occidentales.