Segunda entrega que viene a hacer justicia con esta saga en su paso a los 32 bits.

Las remodelaciones, añadidos y cambios que ha sufrido este juego en su segunda entrega, no son nada comparado con la premura con la que Acclaim se ha puesto ha sacarlo al mercado, en un claro aviso de que se hacian conocedores de los fallos y defectos que el anterior título tenía.

Una mejora notable en el apartado técnico, así como en los escenarios, modos de juego y demás, hacen que el primer título pueda caer en el olvido. No es así, porque el título que acompaña este nuevo lanzamiento (Revenge) hace sospechar que ya antes hubo una afrenta que mereció ser ajusticiada.

La ambientación de cada uno de estos mundos mantiene el rigor en cuanto a la escala de los participantes. Los efectos de luz y de las armas se dejan ver de una manera espectacular que alcanza su plenitud en ciertos circuitos futuristas que nos pueden distraer más de la cuenta.

Quizás la única pega a tanto frenesí decorativo es que algunas de las indicaciones que hay diseminadas por los circuitos, y que nos hacen seguir la senda correcta, pasan totalmente desapercibidas porque lo que se h conseguido es un perfecto efecto mimético que hace bastante difícil, no sólo la localización de estas señales sino también la conducción por esos circuitos.

SONIDO FX

Stuart Duffield y Robin Stout ha sido los responsables de los efectos sonoros que se escuchan a lo largo de todo el juego y su trabajo se ve, mejor dicho se oye, en cada derrape, cada acelerón y cada arma que utilizamos. Sin llegar al virtuosismo, cumplen sobradamente con su misión.

El motor del juego ha sido diseñado partiendo de cero, debido a los desastroso que había resultado en la primera entrega de esta saga para la gris de Sony. La sensación de velocidad está muy bien conseguida y nos depara un estilo más rápido y manejable a la hora de manejar los minibólidos, lo que implica muchas horas de diversión y algún que otro susto.

Una vez que escogemos la opción "Correr", podemos hacerlo en el modo campeonato, de los cuales sólo podremos optar a la copa bronce y, a medida que vayamos ganando pruebas, podremos acceder al resto de copas.

Antes de que se de el pistoletazo de salida se ve un pequeño tramo del circuito, para llegar al final a la parrilla de salida donde esperaremos a que nos den la señal para salir disparados en pos de la línea de meta.

El numero de minibólidos a nuestra disposición es de 9 (nueve), más otros 6 (seis) ocultos. A la hora de escoger se nos ofrece un breve control estadístico del coche que engloba la velocidad, la aceleración y la maniobrabilidad.

Los mundos por los que transcurren las pistas (unas 20) no nos dejan recorrer todo el elenco de circuitos que tienen hasta que no las hayamos descubierto ganándolas con el sudor de nuestra frente y los acelerones de nuestros minibólidos. Los mundos son de lo más sugerente, y así contamos con trazados por un Parque Jurásico, por una zona espacial, por la jungla, por una zona llamada Estudio Acclaim o por una dedicada a las películas de terror.

En el juego podemos ajustar casi todo a nuestro antojo. Desde el número de vueltas (1-9), el poder recoger armas o no, hasta el número de coches en carrera.

La feliz incursión de un potente generador de pistas hace que el juego aumente su durabilidad. Sobre una superficie de 16 X 16 casillas y con todos los elementos posibles para desarrollar el circuito de nuestros sueños ( o nuestras pesadillas) podemos generar nuevos circuitos, bien a nuestro antojo, bien dejando al azar la generación de la pista. Para rematar la faena podemos hasta cambiar el color del cielo con unos títulos tan sugerentes como "púrpura neblina", "aire agotado", "cielo en llamas" o "algodón dulce" por citar algunos.