Toy Commander
Toy Commander
El niño Guthy tiene un pequeño problema que lo va a tener ocupado unas cuantas horas. De tanto jugar con sus nuevas consolas y con el ordenador, se ha producido una rebelión por parte de los juguetes más tradicionales que han sufrido el abandono y olvido de este chaval.
El oso de peluche Hogulin a encabezado la revuelta de los juguetes olvidados para hacerse con el control de la casa. Dividido n grupos han tomado las distintas habitaciones de la casa y se han hecho fuertes en ellas. Al incrédulo Guthy no le queda más remedio que combatir esta sublevación con las mismas armas... más juguetes!.
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Cada una de las siete zonas del juego tiene seis misiones diferentes más un enfrentamiento con el jefe final de ese nivel. A todas ellas hay que sumarle el definitivo enfrentamiento con el responsable de todo este entramado, el oso Hogulin, que nos estará esperando en el sótano. Para llegar al esta misión debemos hacerlo por orden y resolver al menos cuatro misiones de cada nivel. Pero lo verdaderamente desafiante es acabarse todas las misiones de cada nivel, ya que al vencer al jefe de cada uno de ellos, este pasará a formar parte de nuestro bando, mediante una capitulación sin condiciones a la que le haremos llegar tras hacerle morder el polvo.
No obstante en cada nivel podemos atacar las misiones en el orden que queramos, lo que unido a la variedad de misiones nos da un resultado muy alto en cuanto a la durabilidad del producto, ya que si nos atascamos en una misión podemos intentar superarla un poco más tarde, y mientras tanto nos podemos enfrentar a otro de los retos que esconde esa habitación.
GRÁFICOS:
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Los muchachos de No Cliché han hecho un trabajo digno de encomio. La suavidad con la que los "juguetes" se mueven por un entorno 3D tan enorme como este, la recreación tan imaginativa real de las diferentes habitaciones de la casa, así como la variedad de vistas de las que dispone cada vehículo, hacen que el apartado gráfico no pase desapercibido. Al contrario es una auténtica maravilla. Muy sólidos, no se detectan apenas ningún tipo de problemas con los gráficos (como popups, slowdowns, y cosas así).
El motor del juego resuelve brillantemente la cantidad de texturas que este usa, así como los distintos tamaños de los objetos y muebles que nos vamos a encontrar, en lo que hay que incluir los cambios de imagen a los que se ve sometido ya que si bien en las pruebas aéreas no deja de sorprendernos, si lo hace en las pruebas en las que debemos usar juguetes terrestres que también pueden subir y bajar por las paredes. En esto casos el juego se adapta sin ningún problema a la nueva "situación" de la casa.
La suavidad de este juego no pasará desapercibida para ninguno de los que lo prueben. El colorido de las habitaciones es otro de los puntos que destaca sobre manera.
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La música del juego es de tipo techno, y acompaña de manera agradable cada misión. Puedes escucharlas por orden, hacer que vayan sonando de manera aleatoria, hacer que no suenen o seleccionar tu mismo la que quieres oír mientras repartes cera entre tus "rebelados" juguetes.
Si mucha gente cree que les estoy hablando de sonidos duros para la oreja, que no se asusten, ya que son agradables y no hay ningún tema fea. Se nota que se han cuidado mucho este aspecto del juego y merece destacarse y no como otras producciones que sueltan ahí lo primero que se les ocurre y ...
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Unos efectos especiales muy cuidados. Desde las explosiones hasta las ráfagas de ametralladora, pasando por los ruidos de los motores, y hasta los miaguidos del gato cuando es alcanzado por alguna bala ¿perdida?.
Si al efecto sonoro en sí, le unes el efecto de la explosión o de la acción que hayas realizado, la cosa está mejor de lo que puede parecer. Aunque ya puestos a ser originales deberían haber puesto unos efectos especiales capturados de las propias expresiones del niño. Eso ya sería rizar el rizo.
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Llegados a este apartado hay que decir que este juego jugabilidad la tiene toda, si bien la curva de aprendizaje del manejo de nuestros vehículos, sobre todo los aéreos, es bastante grande, con unas horas de práctica el control de nuestros juguetes se vuelve más sutil y las sensaciones que le arrancamos al juego son más gratas. Y no esa sensación de impotencia que nos inunda cuando no somos capaces de hacer las maniobras necesarias para que nuestros "toys" pasen por donde deben pasar.
Hay misiones de todos los tipos, lo que hace que el juego sea, quizás, un poco inclasificable. Desde misiones tan simples como aterrizar un avión, recoger terrones de azúcar y depositarlos en una taza de chocolate, hasta misiones de rescate en las que emplearemos tres vehículos coordinando su movimientos.
Los vehículos que el juego pone bajo nuestras ordenes son más de treinta. Tendremos a nuestra disposición vehículos aéreos con capacidad ofensiva. En este caso hay que decir que los helicópteros se manejan mejor pero son más lentos que los aviones. También contaremos con vehículos de transporte aéreo, los cuales se engloban en dos categorías, helicópteros y aviones, que pueden transportar personas, paracaidistas, tropas, e incluso agua con la que apagar fuegos. Los equipos terrestres se dividen en dos grupos bien diferenciados: los de capacidad ofensiva, y los de transporte. Los primeros, tanques, jeeps o bulldozers, son más lentos que los aéreos, pero más efectivos contra ciertos enemigos. Los segundos, son camiones, autobuses y taxis, con los que desplazar a distintos pasajeros por los escenarios de las misiones.
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La munición de los vehículos ofensivos es ilimitada en el caso de las ametralladoras, pero no en el de los misiles y bombas, los cuales una vez acabados, tendremos que reponer recogiendo los múltiples items y power-ups que se encuentran diseminados por las habitaciones. Lo mismo nos ocurrirá con la gasolina que gastan nuestros vehículos. Mejor reponerla antes de quedarnos sin ella y dejar el vehículo inutilizable.
La gran cantidad de misiones (50), las ocho áreas de las que consta el juego, las opciones multijugador en las que se pueden encontrar los típicos deathmatch, el modo cooperativo y el tan en boga capturar la bandera, envuelven este juego en otra dimensión que alarga sus horas de juego disfrutando de la compañía de hasta tres amiguetes más, con lo que la pantalla se divide en 4, y es necesaria una TV más grande.
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Podrás interactuar con casi todos los elementos de la casa. ¿Qué no ves con claridad? Disparas sobre los interruptores y das las luces. ¿Qué hace falta agua? Disparas sobre los mandos de los grifos y los abres. Y así con un montón de cosas más.
CONCLUSION
Pedazo de juego que estaba escondido bajo este nombre, que invitaba a seguir de largo por las estanterías de la tienda en busca de títulos más afamados. Si lo que estás buscando es rentabilizar al máximo las 9.000 pelas que te va a costar un juego para tu Dreamcast a base de horas d juego y durabilidad del producto comprado, TOY COMMANDER es una de las mejores opciones que tienes. Palabra.
Durante la pasada Navidad y coincidiendo con estas fechas se podía bajar de Internet una fase ambientada en el salón de la casa, adornado para la ocasión. Y parece ser que esta será la única ventaja que se le pude sacar a este juego de Internet: nuevas misiones y mejoras a base de descargas.
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En definitiva, una compra recomendada. Por cierto, hace tiempo que no veo a mis clicks, ni a mis Geyper- mans, ni a los Madelmans. Por Dios, voy a ver por donde andan. No tengo ganas de que me pateen el culo unos clicks pilotando el Halcón Milenario, mientras en la fortaleza del Exín Castillos el oso de peluche al que le falta un ojo se ríe y planea más ataques virulentos. No señor. No o consentiré. A las armas!. Traed madera... es la guerra!.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.