Y, por fin, Tommy Fleetwood

Brazos en alto, mirada al cielo, gritos de rabia y varios resoplos de alivio. A la 164ª fue la vencida para Tommy Fleetwood, que por fin puede decir que es ganador en el PGA Tour. Al inglés de 34 años le perseguía una sombra demasiado alargada, la de su sequía en el circuito estadounidense, que encima se había hecho mucho más grande en los últimos meses por numerosos sinsabores. Tanto fue el cántaro a la fuente que, por fin, tras no rendirse nunca, Fleetwood cantó victoria. Y no una cualquiera. El de Southport conquistó el Tour Championship, tercer y último evento de unos playoffs que le hace ser campeón de la FedEx Cup. Premio triple, porque además se embolsa la friolera de 10 millones de dólares (unos 8,5 millones de euros).

Hasta ahora, Tommy era el golfista que más dinero había ganado en la historia del PGA Tour sin una sola victoria, 33,4 millones de dólares, y a buen seguro le alegra dejar de presidir esa lista. Su triunfo en el East Lake Golf Club de Atlanta es un premio a su insistencia y, sobre todo, a su resiliencia. Dolió ver al inglés totalmente desencajado hace un par de meses en el Travelers Championship, en el que perdió por un golpe después de un tripateo en el último hoyo. Aquel era el sexto segundo puesto que sumaba en el PGA Tour (tenía 30 top-5), incluido uno en el US Open de 2018, y a más de uno ese trágico desenlace le habría hecho perder la fe. En estos playoffs, había sido tercero en el St. Jude Championship, en el que se desinfló el domingo, y cuarto en el BMW Championship.

No llegaba la victoria a pesar de estar jugando como los ángeles en esta temporada, pero eso no desanimó a Fleetwood. “Como todo el mundo, me decepciono, me frustro, me enfado. Dudo de mí mismo, por supuesto. Pero es parte de ser deportista profesional y parte de intentar perseguir tus sueños y lograr grandes cosas sobre golfistas increíbles. También disfruto trabajando con ello”, dijo estos días el inglés, que este domingo en Atlanta se enfrentó cara a cara con los fantasmas del pasado, con los recuerdos de varios domingos en los que el golf, la suerte, o lo que fuese, le daba la espalda.

Campeón siete veces en el DP World Tour, el triunfo de este domingo no tiene parangón alguno en la trayectoria de un superclase, de un fijo en el equipo europeo en la Ryder Cup (ya está clasificado para Bethpage Black) y, sobre todo, de un tipo que es muy querido por todos. Muestra de ello fue su compatriota, Justin Rose, inmortalizando en su móvil el último golpe que pegó Tommy en el 18 (“Lo he sentido como una victoria mía”, dijo), o Shane Lowry acudiendo a darle un buen abrazo. O como las felicitaciones de LeBron James, que comentó en X el devenir de la jornada, o de todo un Tiger Woods. “Tu viaje es un recordatorio de que el trabajo duro, resiliencia y corazón acaban teniendo recompensa. Nadie se lo merece más. ¡Enhorabuena", le dedicó el Tigre. Fleetwood acababa de ganar el Tour Championship con -18, tres golpes de renta sobre Russell Henley y Patrick Cantlay, y cuatro sobre el todopoderoso Scottie Scheffler.

“Creo que he tenido una gran actitud, he fallado a veces hoy, pero estoy orgulloso por la forma en la que he encontrado mi swing. Si hubiese ganado o no seguiría orgulloso con mi carrera. Esto no cambia mucho, ojalá sea la primera victoria de muchas que están por venir. Para ganar muchas veces tienes que ganar una primera vez. Estoy feliz con mi ética de trabajo para ser un gran campeón. Soy un afortunado por todo el apoyo que tengo, es muy especial”, proclamó el inglés de su vuelta final de -2, marcada por cinco birdies y tres bogeys que le sirvieron para doblegar a un Cantlay con el que partía empatado y que tiró +1. Llegó al fin el momento de Fleetwood al otro lado del charco.

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