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ALPINISMO

Txikon se marcha del Annapurna

Está regresando a Katmandú y responde a la llamada del Diario AS analizando su expedición invernal al Annapurna.

Vitoria
Txikon se despide del Annapurna.

El alpinista vizcaíno está en Pokhara, camino de Katmandú. Ayer anunció que desistía en su intento de ascender el Annapurna (8.091 mts) invernal. La última vez que estuvo en el Campo 3 se encontró con que las grietas se habían tragado el emplazamiento y los depósitos de material. Haciendo autocrítica, comenta lo que ha sido la expedición.

-¿Qué tal se encuentra?

-Bueno, un poco fastidiado pero las montañas te ponen en tu sitio y, el Annapurna, más aún.

-¿Dónde está ahora?

-En Pokhara, camino de Katmandú. Ayer dejamos el Campo Base y bajamos en un par de horas a la pista que están construyendo para hacer una central hidroeléctrica. Lo hicimos corriendo demostrando que estamos en un estado de forma óptimo. Lo realizamos prácticamente corriendo. 15 kms. y casi un desnivel de 1.500 mts. Luego, unos jeeps y tras seis horas en Pokhara.

-¿Sensaciones en estos momentos a modo de titular?

-Hemos hecho un buen trabajo pero nos ha faltado rematar. Se ha sufrido pero igual nos ha faltado un poco más de hambre y capacidad de decisión. No hemos sido muy eficaces en algunas cosas.

-¿Qué ocurrió con la expedición invernal?

-Tenemos que analizar lo que hemos hecho bien y lo que hemos hecho mal. Creo que nos hacía falta mas gente para portear material al Campo 2. Dos o tres sherpas más. Nos hemos equivocado haciendo porteos con mochilas de más de 30 kilos, con pateadas que te obligaban a bajar de nuevo al Campo Base para volver a subir material.

-¿Qué correcciones haría ahora?

-Más gente subiendo material y más días en los campos de altura para esperar el momento, ser valientes y acometer el asalto a la cima. Es posible que hayamos estado demasiados días en el Base y esto consiste en estar cuanto más tiempo arriba, mejor.

-Encima llegan el otro día al 3 y el campo estaba barrido.

-Exacto, expedición para colocar campos y equiparlos. También para poner cuerdas en las zonas más complicadas. Pero, al final, sin poder hacer ni un solo ataque serio a cumbre. Al principio por el viento, luego por el cambio de fisonomía de la montaña y finalmente por las grietas. El Annapurna nos ha mandado un aviso y hay que saber leerlo.

-¿Podría seguir en el Base a la espera de otra intentona?

-Sí, pero no quería poner en peligro la vida de mis compañeros. Hace poco perdimos a un buen amigo, a un Lama. Yo puedo arriesgar dando la cara por mí mismo pero no quiero poner en riesgo al resto de expedicionarios. Repito, nos equivocamos a la hora de plantear los porteos.

-¿Regresa ya a casa?

-Sí, de Pohkara a Katmandú y de allí a Bilbao. Hay que sacar conclusiones de los aciertos y de los errores. La montaña tiene estas cosas y por eso nos gusta ir a las expediciones, porque siempre hay incertidumbre con lo que puede pasar. Ese es el gusanillo que nos mete esta actividad.

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