Troon resucita al mejor Rahm

Un déjà vu. Ecos de 2023. Un cañón de vuelta que por desgracia llegó demasiado tarde para pelear la Jarra de Clarete, pero justo a tiempo para engordar en las quinielas de medallistas para los Juegos Olímpicos. El Jon Rahm que llegará a París se parece poco al Jon Rahm de la primera mitad de 2024 y mucho al Jon Rahm de 2023, cuando compartía la condición de mejor golfista del momento con Scottie Scheffler. Su versión premium reapareció este domingo en Royal Troon (Escocia) durante la última jornada del 152º British Open. La tercera que juega bajo par este curso en los grandes, que despachó con 68 golpes, -3 para -1, para cerrar empatado en séptima posición, amarrando un top-10 en uno de los cuatro torneos más importantes que se le resistía desde hace justo un año en Royal Liverpool. De vuelta al lugar al que pertenece, la zona noble de las pizarras.

Durante un tramo de la tarde apuntó incluso a cotas más altas, tras hilar tres birdies seguidos de salida y restar de nuevo en el 7. Era la cuadratura del círculo muchos meses después. Driver, hierros y putt funcionando al unísono al fin. No era descabellado pensar en un asalto a la cima, porque cuando se pone en ese plan, cuando encuentra el mojo, que dicen los anglosajones, su techo simplemente no existe. El despertar, la vuelta a la realidad de una empresa que era harto complicada, acostado el sábado a seis golpes de la cabeza en una edición con unas condiciones climáticas que dispararon por las nubes la cotización del birdie, llegó en el 11, el corazón del Amen Corner particular de Troon.

Un recodo que completan el 10 y el 12, estadísticamente tres de los cinco hoyos más antipáticos de la semana. Todos se jugaron sobre par de media. Rahm falló la calle de este segmento, famoso porque discurre junto a una vía férrea. De cuando en cuando pasa el tren y algún jugador se ve obligado a interrumpir su rutina en una estampa que condensa como pocas la singularidad del Open. No le faltó mucho para poner la bola sobre raíles a Jon, que tuvo que dropar con penalidad. Acabó sacando un bogey con sabor a birdie con un cuarto golpe desde el primer corte de rough solo al alcance de un puñado de seres humanos. Siete pares, en la mitad del campo que más quebraderos de cabeza ha dado al field esta semana, fueron los últimos pasos del vizcaíno en esta edición, dejándose en el camino alguna oportunidad de rebañar más golpes como la del par 5 del 16, en el que falló para birdie desde metro y medio. Ni uno arañó a lo largo del torneo en los hoyos largos, que jugó en tres golpes sobre par. Por ahí se explica en parte que no tuviera más argumentos en el pulso final. Aun así llegó a tener el resultado más bajo del torneo en casa club, pero con siete jugadores por delante y muchos hoyos por jugarse.

El top-10 era la aspiración realista el sábado y la única factible una vez completado su recorrido este domingo. Una conquista importante, sobre todo a nivel mental, con los Juegos a la vuelta de la esquina. Llegará a ellos con su mejor actuación de la temporada en los majors fresca, y sobre todo con la sensación de que su golf vuelve paulatinamente a ese estado de excelencia casi continuo que vivió el año pasado. El tiempo va pasando y con él Rahm va digiriendo los cambios de los últimos siete meses: la mudanza al LIV, la nueva configuración del driver, su tercera paternidad...

“Pensé que si podía llegar a -6 e igualar la mejor vuelta de la semana sería una gran jornada. En los segundos nueve, el viento de izquierda a derecha no ayudaba mucho. Jugué bien en ese tramo, pero no conseguí pegarle tan bien a los hierros para darme buenas oportunidades de birdie. Tuve muchos putts largos, y los cercanos no los metí. Lo que me sabe mal de la semana es que no he hecho ni un birdie en un par 5. No puedo recordar la última vez que quedé top-10 sin un birdie en un par 5, si es que alguna vez ha pasado. De hecho los jugué en tres sobre par”, sintetizó Jon una vuelta que no dio para agarrar la Jarra de Clarete por primera vez. Sí para amarrar su tercer top-10 en el torneo y para declarar el estado de optimismo en ruta a Le Golf National, la pista en la que jugó y ganó su primera Ryder. En la que tumbó nada más y nada menos que a Tiger. Aviso a navegantes.

El mejor grande de Campillo y el primero de muchos para Masaveu

Con buen sabor de boca se irá también Jorge Campillo en el que ya es el mejor grande de su carrera tras fallar el corte en los siete jugados anteriormente. Este domingo disparó una vuelta sólida de par para -8 y acabó en la 43ª plaza. Poco le importará al amateur madrileño Luis Masaveu que su nombre ocupara la antepenúltima. Ya hizo, bajo las directrices de Gonzalo Fernández-Castaño, su entrenador y esta semana caddie, mucho más de lo que se esperaba de él en su primera aparición en un torneo de este nivel. Concluyó con un +5 para +18 otro día que tendrá mucho más impacto en su futuro que en su presente.

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