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Trevor Bauer: un incómodo dilema para los Dodgers

La reducción de la sanción al pitcher, acusado en 2021 de agresión sexual, le deja vía libre para jugar en 2023. La franquicia, en una encrucijada.

Trevor Bauer: un incómodo dilema para los Dodgers

Los Dodgers se han encontrado con un regalo envenenado esta Navidad. Responde al nombre de Trevor Bauer, el ángel caído, que en 2021 recibió la sanción más alta impuesta nunca por la MLB en un caso de violencia machista. Le cayeron 324 partidos, dos temporadas completas, tras ser acusado de agresión sexual por una mujer, a la que luego se unieron otras dos que contaron su historia en el Washington Post.

La primera relató como lo que empezó como un encuentro consentido acabó con ahogamientos en los que llegó a perder la consciencia, sodomía y golpes por los que tuvo que recibir atención médica. “Sentí que mi alma abandonaba mi cuerpo, estaba aterrorizada”, aseguró. El caso fue archivado en febrero por un tribunal del Condado de Los Ángeles sin que se presentaran cargos contra Bauer, pero aun así la MLB le sancionó bajo su Política de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, que permite castigos incluso en asuntos en los que no hay condena por la vía civil.

Bauer fue el primer jugador de la historia en recurrir una pena amparada por esta política. Y le ha ido bien. La pasada semana un árbitro independiente decidió reducirla a 194 partidos, que ya ha cumplido, y mandó la patata caliente al tejado de los Dodgers, que desde el jueves tienen 14 días para decidir lo que hacen con uno de los mejores lanzadores de la liga (3,79 de ERA y 1.416 strikeouts en 1.297,2 entradas, con 83 victorias y 69 derrotas en 222 partidos entre Diamondbacks, Guardians, Reds y Dodgers, premio Cy Young en 2020).

Pasado ese tiempo Bauer, salvo que sea cortado, volverá a contar en los cálculos del roster angelino, si bien en menor medida que de no haber ocurrido nada de esto. En 2021 firmó con los Dodgers tres años y 102 millones. Este año, debido a la suspensión, solo cobró siete de los más de 32 que le correspondían. Y el próximo se le descontarán algo más de nueve de los 35 que tenía proyectados.

La franquicia emitió un comunicado el mismo día en el que se conoció al reducción del castigo. Aseguraron que comentarían el asunto “tan pronto como sea práctico”. “Mr. Bauer está deseando volver al terreno de juego, donde su objetivo sigue siendo ayudar al equipo a ganar las Series Mundiales”, afirmaron por su parte los abogados del jugador en otra nota.

Un bando ya ha movido ficha. Falta el realmente importante. El que tiene que tomar una decisión de verdad (la de Bauer es la obvia). Lo cierto es que han tenido un año y medio para decidir cuál sería su postura llegado el momento y este silencio no le hace ningún bien su imagen.

Con la rotación bien nutrida tras el fichaje de Noah Syndergaard en la agencia libre, otro brazo poderoso (si consiguen resolver sus problemas de pérdida de velocidad) para un paquete de opciones que ya contaba con el renovado Clayton Kershaw, Walker Buehler, Julio Urías, Tony Gonsolin o Dustin May, los Dodgers se pueden permitir el lujo de no bajarse al barro por necesidad. Con Bauer o sin Bauer seguirán siendo candidatos a todo en 2023 y si algo ha quedado claro en los últimos años es que no faltan neuronas en sus oficinas. Hagan lo que hagan, tienen que moverse ya. Porque, como escribía a propósito de este tema Emma Baccellieri en Sports Illustrated, una tardanza de 14 días en tomar una decisión así ya sería una declaración en sí misma.