Tres favoritos y España
Dinamarca aspira a ser el primer equipo que gana tres oros mundiales consecutivos. El país campeón recibe billete olímpico para París 2024.
En la historia de los Mundiales hay una barrera que ningún país ha superado: tres títulos consecutivos. Rumanía, la de la época dorada, tiene cuatro estrellas pero en tandas de dos; como Francia, también con dos, la única selección que puede presumir de haber estado en diez semifinales entre las últimas once ediciones. Dinamarca lleva dos de manera consecutiva y tiene en su mano ser la primera que logre tres de una tacada... pero parece improbable, ya que Suecia juega en casa, es la vigente subcampeona y oro europeo, y máxima favorita con permiso de Francia, la campeona olímpica.
Y detrás de las tres con título actual, entre las siguientes por jerarquía aparece España: subcampeona de Europa, tercera en el Mundial y bronce en los Juegos. Son los cuatro ases de la baraja pero Jordi Ribera, como otros tantos seleccionadores, sufre en silencio la enorme dirección con que se realizan los sorteos para beneficiar el espectáculo, que no es otra cosa que apoyar a los dos organizadores para que no ocurra como en el Europeo 2022, en el que Hungría cerró el balance con más de un millón de euros en pérdidas tras ser apeada en la primera ronda.
Polonia, que llega a su Mundial sin éxitos recientes, ofrece tres instalaciones gigantescas: Cracovia (donde juega España) con 15.000 espectadores, y Katowice y Gdansk con 11.000. Suecia, aunque Kristianstad (5.000) y Jonkoping (7.000) son modestas, lo complementa con Malmo y Gotemburgo (12.000) más el macropabellón de Estocolmo de la final (20.000).
En los dos últimos años los daneses parecen entrar en decadencia porque han perdido frescura, pero en este Mundial Gidsel vuelve a estar en el lateral derecho para completar a Mikkel Hansen. En realidad, a España le falta marketing internacional, porque tradicionalmente se mira la constelación de estrellas y no se destaca a ninguno, quizá porque su juego es colectivo y solidario, pero en la actualidad un análisis serio no puede ocultar que Álex Dujshebaev (30 años) es candidato a pelear con Mem y el propio Gidsel por ser el mejor lateral zurdo, y con cualquiera por estar entre los más valiosos del Mundial: faltó en el Europeo para recuperar su hombro, y ha regresado a la selección con una forma física extraordinaria y una enorme madurez que se plasma en cada partido.
Donde tampoco hay duda es en que España compite con Dinamarca por la mejor portería: Corrales y Gonzalo Pérez contra Landin y Moller. Si Gonzalo mantiene su nivel de los dos últimos meses no sería descabellado verle en el siete ideal. El barcelonista Mem, escoltado por Fabregas, está llamado a liderar a una talentosa Francia en la que se percibe la salida de Karabatic tras veinte años tirando de la selección: es un test definitivo para ver si llegará a París 2024, como pretende el mejor jugador francés de la historia.
De los outsiders Croacia, Islandia, Alemania, Eslovenia, y hasta Hungría y Egipto, están preparadas para animar el Mundial, pero tal y como están previstos los cruces, las grandes campanadas parecen algo bastante improbable. Por último, un dato importante: el campeón del mundo recibe el billete olímpico para París 2024... o el subcampeón si Francia es el que se cuelga la medalla de oro.