Tiger resiste a Augusta camino a un fin de semana de récord

De Tiger Woods cabe esperar lo que dijo antes de arrancar el 88º Masters, que se ve para ganarlo, y también lo que ocurrirá finalmente, que seguramente no lo ganará. Es hoy por hoy la paradoja del Tigre, cuyo instinto de campeón se mueve en dirección contraria a un cuerpo cosido por las cicatrices. Su realidad, por mucho que se empeñe en negarla, cosa que un atleta de su magnitud puede e incluso debe hacer, es pelear el corte. Y vaya si lo peleó. En los 13 hoyos que pudo jugar el jueves tras el retraso provocado por el mal tiempo, y en los 23 que le tocó jugar este viernes para ponerse al día, al par en los 18 correspondientes a la segunda vuelta, +1 en el total. Suficiente para pasar el fin de semana en Augusta y batir así el récord de participaciones consecutivas jugándolo, 24, ya una más que su paisano Fred Couples y el sudafricano Gary Player.

Geniales noticias para el aficionado y suspiro de alivio en los cuarteles del PGA, donde de un tiempo a esta parte no caben los disgustos, y Tiger abandonando antes de tiempo el mayor escaparate de este deporte rumbo a Florida es uno de proporciones bíblicas. Sobre todo ahora que el cisma empieza a notarse en las audiencias, asunto que abordó en su rueda de prensa el presidente del club, Fred Ridley, con una llamada clara a la unión: “Ciertamente el hecho de que los mejores golfistas del mundo no coincidan mucho no ayuda”.

Por suerte para Jay Monahan (y para la CBS y ESPN), el día amaneció soleado en Augusta y las articulaciones de Tiger aplaudieron. Le costó arrancar a primera hora, cuando el mercurio se resistía a subir, pero minimizó daños y después consiguió salir entero de un combate a 18 asaltos con el campo de Georgia (EE UU), jalonado por cuatro birdies y otros tantos bogeys, sólido desde el tee, magistral en los márgenes del green, la mayoría del tiempo desasistido por sus hierros. A falta de approach, bueno es su amplio bagaje en Augusta, podría decirse.

Ya ante los micrófonos, siguió erre que erre. “Esto significa que aún tengo opciones de ganar. No sé si todos podrán terminar hoy. Yo he podido. Ahora solo necesito algo de comida y una buena dosis de cafeína”, despachó, realmente admirable. También aseguró que escribiría a “Freddie (Couples)” tras dejarle sin récord. Otro más para su almanaque en este campo, que fue el más joven de la historia en rendir a sus pies (se enfundó su primera chaqueta verde con 21 años y 104 días). También tiene la mayor ventaja de un campeón, 12 golpes en el 97, o el de más rondas consecutivas por debajo del par, 16 de 2007 a 2011. Lo que haga de aquí al domingo ya poco importa, porque Tiger estará en ‘casa’ el fin de semana, y eso solo puede ser mala noticia para su maltrecha rodilla.

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