Sergio García toma Pinehurst en un clinic de US Open
Primera vuelta imperial del español en un primer turno en el que el campo ya enseña los dientes. Puig se deja parte de sus opciones olímpicas.
La primera oleada de golfistas se abalanzó contra Pinehurst Número 2 en el arranque del 124º US Open y la criatura se defendió bien. Para cuando Sergio García, el más madrugador de los tres españoles, además de él David Puig y Eugenio Chacarra, en los que ha quedado la Armada con la baja de última hora de Jon Rahm, llegó a la casa club, había 14 vueltas bajo par en la tabla. Una de ellas la suya, que acabó con -1 (69 golpes) en la sexta tarjeta sin bogeys de las cuatro ediciones que ha albergado este campo hasta la fecha.
El escenario es de pura supervivencia, con los pares 3 atascados desde el primer turno por el chorreo de bogeys. Y se pondrá peor conforme el calor de Carolina del Norte y el paso de los días endurezcan aún más los greenes, por mucho que la USGA se haya aplicado con profusión en regar el campo para evitar que la situación se descontrole. En ese Juego del Calamar, si fallas la salida estás muerto, el castellonense impartió un clinic de tee a green. 13 de 14 calles y 16 de 18 greenes. Líder en ese último apartado. Solo restó en el quinto, uno de los dos pares 5, pero fue en metrónomo en un día que pedía prudencia, encontrando sistemáticamente el centro de la calle y del green. Un primer acto importante en su 25º US Open consecutivo.
Pocos mejoraron la tarjeta del de Borriol, muchos fueron devorados por las zonas arenosas, el denso rough y los pinos de Pinehurst. Justin Thomas se fue a +7, Dustin Johnson a +4... y Tiger, que había empezado con fuegos artificiales, birdie al 10 (salió por ahí), cinco pares seguidos después, al final fue zarandeado: +4 en el día con seis bogeys en sus últimos 12 hoyos. Otro de los damnificados fue David Puig, que también salía en el turno matutino y tiró un 76 (+6) haciendo lo contrario a Sergio, cogiendo pocas calles y pocos greenes. Tarjeta doblemente grave en su caso, porque amputa buena parte de sus opciones de estar en los Juegos Olímpicos. Para ganarle la plaza a Jorge Campillo es obligatorio que pase el corte, y llegó a casa club en la 91ª plaza. Tendrá que remar mucho el viernes. Para la tarde quedó Eugenio Chacarra, la tercera pata española en esta cita.
Cantlay resucita, Aberg no conoce el miedo
Por encima de Sergio asoma Patrick Cantlay, que bien podría ser acreedor del título de ‘mejor golfista del mundo sin un grande’ que dejó vacante Schauffele en el PGA Championship. El californiano se colocó líder con -5 (65), seis birdies y un bogey, a un impacto de la mejor vuelta de la historia de un US Open en Pinehurst, emitiendo señales de vida en una temporada floja, apenas dos top-10 y un corte fallado justo la semana pasada en el Memorial.
Le marca de cerca el prodigio sueco, Ludvig Aberg, que no conoce el miedo. Se presentó en sociedad en el Grand Slam, que conoció después que la Ryder en un hito histórico, con un segundo puesto, y en su primer US Open, a los 24 años, se gustó con un 66 (-4) cazando trapos para abrir boca. Tony Finau, otro al que espera desde hace tiempo el círculo de los majors, tiró -2. Le superó el francés Matthieu Pavon (-3), hijo de un exjugador del Betis que cogió inercia positiva ganando el Open de España en octubre y hoy en día es una de las sensaciones de la temporada en el PGA.
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