Scheffler agota los calificativos con su sexta victoria del año
El estadounidense se impone en un playoff a Tom Kim y es el primero que llega a esa cifra antes de julio desde Arnold Palmer en 1962.
Los ejecutivos de Nike se relamían en sus despachos de Eugene con el guion que les brindó el Travelers Championship, uno de los torneos elevados de la temporada en el PGA Tour. Se iban a jugar el triunfo en el TPC River Highlands de Cromwell (Connecticut, EE UU) dos de sus más insignes embajadores: el número uno del mundo, Scottie Scheffler, y una estrella en construcción, Tom Kim. Buenos amigos, vecinos en Dallas, compañeros de entrenamientos, íntimos enemigos este domingo. Se coronaría, tras un hoyo de desempate, igualados a -22 después de los 18 en regulación, el estadounidense, que había entregado un 65. Kim hizo 62 en una última vuelta a la que salió líder. En un mundo sin Scheffler la gloria habría sido suya.
Hasta hubo Macguffin, con una invasión del green del 18 protagonizada por unos activistas que arrojaron botes de humo y tuvieron que ser reducidos por la seguridad, justo cuando Scheffler se disponía a tirar un putt que necesitaba embocar para asegurar el playoff. Por si faltaba algún aliciente para mantener sintonizado el torneo. Sofocados los disturbios lo metió el texano, y acto seguido hizo lo propio Kim con el que se había dejado para birdie tras un golpazo volando el bunker.
El mismo que sería su tumba en el mano a mano final. Se jugó sobre el 18, con nueva posición de bandera, aún más corta por la derecha del green. La cazó Scottie y la buscó sin éxito Kim, corto de palo. Se le quedó un ‘huevo frito’ y el up and down parecía una quimera. Así fue. Vía libre para Scheffler, que hizo los dos putts y se proclamó campeón por sexta vez esta temporada en 15 torneos jugados. Cerca del 50% de efectividad, guarismos casi incalificables en este deporte. Y todo caviar: cinco torneos elevados y un grande. Iguala con algo menos de medio curso aún por delante la marca de victorias de Tiger Woods en las temporadas 2005 y 2009 y de Nick Price en 1994 (desde Arnold Palmer en 1962 nadie las conseguía antes de julio). El tope histórico son las nueve de Vijay Singh en 2004 y del Tigre en 2000.
No parece descabellada la posibilidad de que les alcance. Nada lo es ya con este jugador, que en Cromwell exhibió otra arista de su gen ganador. Ahora sabemos que es capaz de resetear tras momentos de flaqueza (es que antes era imposible de saber porque no los había tenido) como los que ha vivido recientemente, con esa bizarra detención en el PGA Championship y un discreto US Open. “Es bastante especial. Está siendo una temporada muy divertida. Tom es un gran jugador y un gran campeón. Somos buenos amigos y tratamos de relajarnos mutuamente cuando ocurrió lo del último hoyo. Había gente corriendo y gritando por todas partes”, apuntó tras el playoff con su hijo recién nacido, Bennett, entre brazos. No sabe lo que se está perdiendo la criatura.
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