Schauffele cierra la puerta al LIV

Por si le faltaba algo al 106º PGA Championship, el de la detención de Scottie Scheffler y los dos históricos 62 de Xander Schauffele y Shane Lowry, el torneo se decidió este domingo con un duelo al sol entre el PGA y el LIV, la madre de todas las batallas hoy por hoy en el panorama golfístico. Cayó del lado del primero con la victoria de Schauffele, que abrió la lata al fin con su -6 para -21, el mejor resultado respecto al par en un grande de siempre.

Una preciosa edición, la cuarta en el Valhalla Golf Club de Louisville (Kentucky, EE UU), con un campo que se dejaba meter mano (-214 respecto al par jugaron en total los participantes, 254 golpes menos que en Riviera en 1997, mejor dato anterior) y una parte alta de la tabla ocupada desde el primer día por la nobleza, se redujo a un pulso entre dos de los estandartes del circuito estadounidense, el citado Schauffele y el noruego Hovland, y uno de los grandes fichajes de la superliga saudí, Bryson DeChambeau. Ellos tres eran los más destacados de un nutrido grupo de primeros espadas que afrontaba con opciones el último asalto. Entre ellos se estancó Collin Morikawa, que iba en busca de su tercer grande pero cerró con un exiguo para para -15, sin embocar un birdie hasta el último hoyo.

Por delante se había disparado rápido el líder perenne, Xander Schauffele, en cabeza desde el jueves. Un ganador nato, con siete victorias en el PGA y un oro olímpico hasta la fecha, pero huérfano de alguna de las patas del Grand Slam, una tarea que quizá empezaba a parecer demasiado grande para él tras un año y medio sin triunfos, periodo en el que ha apilado top-10 como churros y ha armado la mejor racha de cortes pasados del momento, 46. Este domingo despejó todas las dudas con un despliegue imperial. Abrochó cuatro birdies por los nueve primeros y, tras tropezar en el 10, golpe doble porque es uno de los más rentables de Valhalla, hiló otros tres del 11 al 18. El último putt, necesitado de un birdie para evitar el playoff contra DeChambeau, entró lamiendo el borde del hoyo. Como si la historia no quisiera saldar aún cuentas con él.

A su rueda habían salido Hovland, que al final terminó tercero en -5 para -18 y tendrá que seguir esperando para estrenarse, y DeChambeau. Este otro que puede considerarse recuperado para la pugna por los grandes triunfos con su sexto puesto en el Masters y ahora este fabuloso PGA, buena noticia porque garantiza toneladas de entretenimiento televisivo. Hizo la mejor vuelta del día, -7 para - 20, incluido un birdie por los pelos al 18 que metió presión a Schauffele, pero no consiguió reproducir una imagen harto temida en el PGA Tour, la de uno de sus ‘renegados’ volviendo a alzar un major. Schauffele le cerró la puerta.

Scheffler, otro top-10 antes de visitar el juzgado

Probablemente habría sido el segundo major de la temporada para Scottie Scheffler y tocaría volver a las comparaciones Tigerianas de no ser por ese sábado en el que pagó el peaje de una semana, su primera como padre, surrealista, detenido el viernes y acusado de varios cargos, entre ellos asalto a un oficial de policía, por los que deberá empezar a responder este martes, cuando está prevista su comparecencia preliminar dentro de un caso que parece que quedará en nada. El estadounidense, que se descolgó en esa tercera vuelta con un +2 con el que rompía 42 vueltas seguidas jugando al par o por debajo. Volvió a las andadas este domingo con un -6 para -13 que le granjeó otro top-10, el décimo del año.

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