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‘Sangría’ de millones en el LIV: 590 ‘kilos’ de pérdidas

La filial británica de la matriz de la superliga reporta de nuevo unas cuentas muy desajustadas tras su cuarta temporada de existencia.

‘Sangría’ de millones en el LIV: 590 ‘kilos’ de pérdidas
Peter Powell
Jorge Noguera
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
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Concluida su cuarta temporada de existencia, el LIV sigue sin ser un negocio rentable. Es lo que se desprende de los resultados contables en el anterior ejercicio presentados por LIV Golf Ltd., una compañía registrada en Reino Unido que se encarga de las operaciones del circuito fuera de Estados Unidos, y que recientemente publicó un balance que incluye 590 millones de dólares (unos 462 de libras y unos 500 de euros) en pérdidas.

Precisamente eso, el capital casi ilimitado del PIF (Public Investment Fund por sus siglas en inglés), el fondo de inversión soberano de Arabia Saudí, capaz de lidiar con unas cuentas tan maltrechas como estas, es la premisa sobre la que se construyó una organización que recientemente dio por concluida su cuarta temporada de actividad, con el español Jon Rahm como campeón individual y su Legión XIII como el mejor equipo del curso. La ‘sangría’ de millones de un producto elaborado sin escatimar en costes, y que por ahora no ha encontrado la forma de generar grandes fuentes de ingresos, se sitúa ya en 1.400 millones de dólares (1.100 de libras y cerca de 1.200 de euros) desde que se disputara su primer torneo en el verano de 2022.

En el capítulo de gastos la gran carga es su generosa retribución a los jugadores, muchos con contratos que les garantizan cientos de millones a lo largo de su duración, la única forma que había de sacarles de los circuitos tradicionales, y las bien nutridas bolsas de premios que se ponen en juego en los torneos, 20 millones de dólares por cita (unos 17 de euros). Aunque no se desgrana en la documentación presentada qué cantidad de sus costes operativos corresponde a esta parte, estos ascienden en total a 1.340 millones (unos 1.115 de euros) desde que empezó a funcionar. Rahmbo, por ejemplo, se ha embolsado ya cerca de 75 ‘kilos’ (unos 63 de euros) en premios, al margen de su contrato.

Lo que sale no entra de vuelta

Es unas 10 veces más de lo que ingresan por su actividad, toda vez que su contrato de retransmisión televisiva fuera de Estados Unidos es pírrico (3,2 millones de dólares en 2024, 2,7 de euros) y esa es a día de hoy la gran fuente de financiación para las estructuras deportivas profesionales. Lo cierto es que sus audiencias no terminan de consolidarle como un competidor fuerte para el PGA y el circuito europeo, y da la impresión de que hoy por hoy solo el maná casi infinito del PIF sustenta una apuesta que de otro modo podía considerarse ya económicante fallida.

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