Sam Whitelock: el último baile de un histórico
El All Black, uno de los que se despedirán de la selección neozelandesa tras la final, aspira a un tercer título que nadie ha conseguido antes.
Pase lo que pase este domingo en la final del Mundial, nada podrá empeñar el legado de Sam Whitelock. El ‘gigante’ (2,03 y 114 kilos) de Palmerston North abandonará tras esta edición la selección neozelandesa, después de 13 años entregados a la camiseta negra.
Whitelock, ya con un rol más secundario a sus 35 años, es el hombre que forzó la infracción irlandesa que puso fin a la agonía defensiva de su equipo en los estertores de los cuartos de final. Una muesca más en el historial de un jugador que ha brillado con una luz especial dentro de un oficio oscuro, el de segunda línea. Su matrimonio ahí con Brodie Retallick es uno que perdurará en la memoria del aficionado, igual que la ristra de datos que le colocan como un histórico de este deporte.
En el partido de fase de grupos ante Italia, superó a Richie McCaw como el neozelandés con más internacionalidades, ahora 152. No alcanzará el récord absoluto del galés Alun Wyn Jones, que atesora 171, pero ya es el jugador con más choques mundialistas, 25 a falta del de hoy. Nadie más que él ha ganado cuatro partidos de cuartos de final, y nadie más que él ha jugado cuatro semifinales. De proclamarse campeón de nuevo su país, sería el primero con tres títulos en las vitrinas.
El segundo de cuatro hermanos criados en una granja, tres de ellos All Blacks en XV y otro en seven, su dedicación es objeto de admiración para muchos. “Es implacable en el trabajo que realiza a lo largo de la semana”, explica su compañero Sam Cane. “Siempre ha sido una competición por ver quién podía alcanzar su nivel”, sintetiza Brodie Retallick.
No será la única despedida en una final con mucha experiencia acumulada. También dirán adiós otros ilustres como Eben Etzebeth, perfil que es a Sudáfrica lo que Whitelock a Nueva Zelanda, Duane Vermeulen, Aaron Smith, Retallick... Y ambos seleccionadores, el Springbok Jacques Nienaber (dirección Leinster) y el All Black Ian Foster, que ya tiene sustituto en Scott Robertson. Un cambio de ciclo, una gran generación que toca a su fin.
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