Rahm se reengancha a la pelea por la FedEx
El vasco -5 para -12 en la segunda vuelta de la final, se aleja de la cabeza en la exhibición de Hovland y Morikawa, pero se acerca a su mejor versión.
Y al segundo día, Jon Rahm resucito en East Lake. Cuando parecía que había perdido pie en la pelea por la FedEx Cup, y por extensión por el título de campeón del PGA, Jon Rahm se volvió a meter de lleno este viernes con una gran segunda vuelta en el diseño de Atlanta (EE UU). El vizcaíno tiró un 65, cinco golpes bajo par, -12 en el acumulado, paradójico. Porque si bien le aleja de la cabeza respecto al jueves, cuando cerró a tres impactos, merced a una nueva exhibición de Viktor Hovland, el hombre on fire del momento, y Collin Morikawa, líderes tras sendos -6 para -16, en cambio le acerca a su versión.
La del golfista total, un prodigio de tee a green, a rachas un killer en los greenes. Todas sus métricas mejoraron respecto al primer día. Algo mejor en los primeros golpes (8 de 14 calles), infinitamente mejor en el approach (16 greenes cogidos) y ligero avance en el pateo (del 15º al 11º en golpes ganados pateando). Así, los birdies empezaron a caer. Hasta siete se anotó. Tres de ellos del 3 al 6 en un arranque contundente, interrumpido por un bogey puñetero desde la calle en el séptimo.
Los nueve segundos los empezó también con brío, restando en el 10 y en el 11. Descontó otro golpe en el 16, firmó la segunda mácula de la jornada en el 17 y aprovechó un 18, segundo y último par 5 de East Lake, en el que pateó desde unos siete metros para eagle y a punto estuvo de embocar. En putts como ese reside el cambio de Rahmbo, al que últimamente le costaba encontrar el hoyo. Ya lo hace. Y es quinto. A distancia de remontada.
El problema, el citado, que Hovland y Morikawa atraviesan un trance espectacular. De largo viene el del noruego, dos victorias recientes, en el Memorial y en el BMW de la semana pasada, las que le han quitado la etiqueta de ‘campeón de torneos mejores’ o, como alguno le llama en la prensa estadounidense, el ‘Rey de los resorts’, por sus triunfos en Puerto Rico y Mayakoba en años anteriores. Como el domingo en Olympia Fields, sus nueve segundos, cinco birdies sin fallo, cuatro seguidos entre el 12 y el 15, fueron poesía.
Más eventual es la buena racha de Morikawa, más bien circunscrita a este torneo en una temporada gris, sin triunfos y con solo cinco top-10, botín escaso para un campeón del PGA y el British, que sin embargo ha efectuado un cambio que no quiso revelar en su swing, y obtiene réditos de él. Tras la pareja, Scottie Scheffler, número uno del mundo que enmendó su +1 del jueves, cuando partió en cabeza, triple bogey al 15 incluido, con un -5 para -14. Entre ellos y Rahmbo, en -3 para -13, Keegan Bradley, otro peligro cuando está enchufado. Aunque lo cierto es que no hay nombre subestimable en este Tour Championship que entra en ebullición este sábado.