Rahm: “Claro que echo de menos algunos torneos del PGA”

Jon Rahm ofreció este martes su rueda de prensa previa a la 88ª edición del Masters de Augusta (del 11 al 14 de abril), en la que defenderá la chaqueta verde que se enfundó el año pasado. Será la primera que afronte el vasco de Barrika desde su marcha al LIV Golf, la superliga saudí que ha puesto en solfa el aparato tradicional de este deporte, y por ende buena parte de las preguntas, en el que era uno de sus primeros contactos con la Prensa española desde que estalló la bomba, se dirigieron hacia el futuro del golf profesional, con más razón aún tras la reunión mantenida el lunes en Florida entre los bandos enfrentados para avanzar en la negociación de la paz.

“Hay grandes deportes que pueden convivir. Al final creo que hay lugar para todos, tanto para golfistas como para aficionados. Si con cierto mal rollo, entre comillas, podemos convivir, imagínate lo que puede ser esto si hay cierta unión, si se elevan los dos tours para que todos podamos jugar a un nivel más alto. Creo que sería bueno para todos. Pero entiendo también que para mí sea muy fácil de decir estando en los dos equipos. Hubo una reunión ayer (por el lunes) que puede que cambie ciertas cosas, pero no sé lo que pasó ni lo que va a ser”, apuntó el vizcaíno de 29 años.

“No tenía planes de hacer ciertas cosas a estas alturas del año pasado. No tenía intención de cambiar de idea. La verdad que estaba contento como estaba jugando y estaba concentrándome en qué tenía que hacer para ganar torneos. Fue un poco más tarde, a final de año, cuando me empecé a plantear ciertas cosas. Me reuní con ellos (el LIV) y me gustó lo que quieren hacer y la dirección que quieren tomar y por eso tomé la decisión. Al final no fue nada hecho con poca premeditación. Fue un proceso más largo de que muchos creen. En un corto plazo entre comillas tuve muchas decisiones que tomar y reflexioné antes de hacerlo. Ahora estoy con ganar de seguir jugando igual de bien y seguir consiguiendo cosas”, volvió a desgranar el proceso que le llevó a un giro de timón insospechado el pasado diciembre. “Al final tengo la intención de que en 20, 30 o 40 años, cuando me retire, haya gente y niños que quieran jugar por mi equipo”, apuntaló.

Jon reconoció que en cierto modo echa de menos su antigua ‘casa’, especialmente en semanas especiales como la anterior, en la que se disputó The Players, el ‘quinto grande’. “Claro que hay torneos que echo de menos. Espero poder volver a jugar The Players algún día. No defender el título del año pasado en Riviera también fue complicado”, reconoció, con guiño a un Scottie Scheffler que se convirtió en el primer jugador que lo gana en años consecutivos: “Vaya logro, en un torneo que han jugado prácticamente todos los grandes golfistas de la historia. Debe ser algo especial”. “En lo que se refiere a mi temporada, está siendo diferente, pero lo estoy disfrutando. Hemos jugado en grandes campos, Hong Kong lo recomiendo encarecidamente. Hasta ahora todo ha sido genial y he jugado buen golf. Pero definitivamente tengo ganas de reunirme con los mejores jugadores del mundo en el Masters”, añadió.

Otro asunto que abordó el también campeón de un US Open es el salto exponencial que ha experimentado su cuota de fama con la chaqueta verde: “Ha sido mucho más grande que cuando gané el US Open. El nivel de atención, de reconocimiento, el nivel de compromiso que te exige... Ha sido mucho mayor de lo que esperaba. Supongo que es porque es lo más visto de este deporte junto a la Ryder, lo único que llama la atención incluso de los que no siguen en el golf. Recuerdo en la universidad la gente viéndolo en mitad de clase, mirabas a los ordenadores y en la pantalla veías Amen Corner”.

Recuerdos de su triunfo

Rahmbo lamentó que la final de Copa del Rey que jugará el Mallorca contra el Bilbao el 6 de abril pe pille inmerso en la recta final de la preparación para el Masters, jugando la próxima parada del LIV en Miami (5 al 7 de abril): “No he podido ver ninguna de las de Supercopa últimas. Al final estaré jugando y tengo que estar a lo que estoy. Esta me va a costar perdérmela seguro”, afirmó resignado, antes de pasar a desgranar sus grandes recuerdos de ese domingo mágico del año pasado en el que noqueó a Koepka camino al primer Masters de su carrera. “Lo más emotivo es la reacción del público andando hacia el green del 18. Luego creo que la visita al vestuario de es otro gran recuerdo. Al final, es algo tan único el poder entrar como campeón a ese vestuario... Saber que es mi vestuario para siempre y estar unido con esos grandes jugadores es algo muy especial. Y sobre todo poder compartirlo con mi padre y mi mujer. Otro es ese momento en el 18 abrazando a mi padre. Pensar en ello es algo especial. En ese momento muy acordé de todo todos los días de entrenamientos, los viajes, las broncas entre comillas y sus y enseñanzas, y bueno, pensé que ojalá tenga esos momentos con mi hijo. Es difícil de explicar. Y luego obviamente, el abrazo con Chema, que no recuerdo lo que dijo. Es como que mentalmente no estaba ahí presente porque tengo cero idea de lo que me dijo, pero sé que fue algo muy especial”, relató.

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