Portugal es la ‘bestia’ negra de España en el Europeo sub-19

Era consolidar un reinado o apuntalar el crecimiento de otro, y finalmente se dio lo segundo. España tuvo a tiro el que habría sido su tercer título en cuatro ediciones disputadas del Europeo Sub-19 hasta la fecha, esta en Moldavia, pero lo dejó escapar a caballo entre los últimos minutos de la segunda parte y la prórroga a manos de Portugal (3-2), que se adjudica su segundo entorchado, ambos consecutivos, y empata en lo alto el palmarés con sus vecinos.

Se había puesto de cara el duelo cerca del cuarto de hora, cuando Ruano había recogido un balón al borde del área y fusilado con contundencia a Cunha para rentabilizar una primera mitad en la que la Selección fue mejor que su oponente, generando mucho más juego y oportunidades (11 tiros a puerta contra 2 y 21 a 11 en total). Cuando Olivares, rozando el ecuador del segundo acto, amplió la brecha finalizando por abajo un giro elegante que dejó fuera de juego a su par, España acariciaba el título con la yema de los dedos.

Se le escurriría en diez minutos agónicos, en los que los muchachos de Albert Canillas, en problemas de faltas, se echaron atrás y la inercia empezó a favorecer a Portugal, que exigió mucho a Javi Bule. Cordeiro, en un golpe de fortuna, pues se encontró solo con un balón muerto en el área en un rebote cuando ya pensaba que había perdido la posesión, recortó distancias. A falta de menos de dos minutos, cuando la vigente campeona apuraba sus últimas oportunidades de retener el título y jugaba sin nadie en la portería, el encargado de hacer de portero-jugador, Rodrigues, cazaba otro balón suelto y la descosía rumbo a la red para delirio de los portugueses en que poblaban las gradas del Arena Chisinau.

España entró en modo ‘zombie’, sabedora de que llegaba al tiempo extra con el viento en contra y las piernas muy cargadas tras acumular minutos de defensa numantina al final estériles. La remontada se revelaría cruel. Monteiro falló a tres minutos del final un doble penalti y a 14 segundos para el bocinazo, cuando ya se intuía que sería la lotería lo que decantase el partido, Renato Almeida remató en semifallo y sin querer cruzó un balón raso perfecto para que Tchuda la empujara solo en el segundo palo. No hubo ya tiempo para que reaccionara una España que ahora lleva dos finales de tres perdidas contra Portugal, su ‘bestia negra’ al menos hasta la próxima edición.

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