Yulen Pereira: “Si sales en la tele, la gente sabe quién eres”
El esgrimista español, de vuelta a la acción tras pasar por ‘Supervivientes’, atiende a AS. “Pensaba que iba a estar más lejos de mi nivel anterior”, revela.
El 14 de abril, Supervivientes anunciaba su decimotercer concursante: Yulen Pereira. Un deportista en activo participando en un reality show. Bombazo. Era el esgrimista español con mejor ranking, tanto a nivel nacional como mundial, pero decidía poner un punto y seguido a su carrera profesional. Cambios de peso, inactividad... no le temía a nada. De hecho, lo tenía todo controlado. Y, en su vuelta, está consiguiendo resultados antes de lo esperado. “La gente se piensa que me fui corriendo. Para nada. Fue pensado, hablado con mis entrenadores, compañeros, familia…”, explica. Manuel Pereira, su padre, fue campeón del mundo en 1989. Tras abandonar la isla, sus objetivos apuntan a París, a los Juegos Olímpicos de 2024, con “la oportunidad de conseguir la primera medalla para la espada masculina”. En medio del acto de presentación de SportyRoom, donde sorprende por sus dotes baloncestísticas, deporte que practicó, atiende a AS.
¿En qué momento se encuentra?
Con ganas. Ilusionado por estar aquí, en Madrid, en el CAR, de vuelta donde empecé. Estoy motivado.
Compitió en Medina del Campo y en la Copa de Madrid, donde ganó. También ha vuelto al circuito internacional, accediendo al tablón final de una Copa del Mundo (Vancouver). ¿Cómo ha sido esta primera toma de contacto?
Bien. Pensaba que iba a estar peor, no voy a mentir. Han sido muchos meses fuera, con muchos cambios de peso. Estoy mejor de lo que esperaban tanto el equipo de trabajo como los médicos, fisios… Están bastante sorprendidos porque los resultados están viniendo antes de lo previsto. Muy contento en ese sentido. Pensaba que iba a estar mucho más lejos de mi nivel anterior. Ahora mismo, el objetivo es estar entre los veinte o treinta mejores del mundo. La misión a largo plazo es estar entre los diez mejores, para encarar los Juegos de París.
Ya estaba allí cuando se fue…
Sí. Cuando me voy, el equipo está en un momento bueno. Veníamos de hacer una plata en Berna, de hecho, y nos colocábamos entre los diez mejores del mundo. Quería afrontar un reto personal nuevo, como era Supervivientes. Era un proyecto que me gustaba a nivel personal y muy bueno económicamente hablando. Son trenes que pasan una vez en la vida y creo que era una puerta que debía abrir. No me arrepiento. Fue una experiencia muy buena, única.
Siendo deportista de élite, puede que a alguien le choque que lo económico tenga un peso importante.
La realidad es esa. Hay muchos deportistas que están entre los diez o veinte mejores del mundo, incluso cinco, a los que les faltan ayudas. No pasa sólo en mi deporte. Faltan patrocinadores, eventos, medios que se interesen por nosotros. Muchos deportistas tienen que trabajar y compaginar su deporte, profesional entre comillas, estando en la Selección. Para mí, mi trabajo fue eso (Supervivientes). Fue mi oportunidad. En la Selección de esgrima pasa, sin ir más lejos. Gente que trabaja en bancos, clubes, etc., que se saca un dinero extra. Es triste.
Su caso es distinto. No compaginó, dejó de entrenar.
Fue duro. La gente se piensa que me fui corriendo. Para nada. Fue pensado, hablado con mis entrenadores, compañeros, familia… Yo me voy siendo el número uno a nivel nacional y cerca del top-20 mundial, habiendo estado entre los diez mejores, pero sentí que era el momento. Todavía no había competiciones que puntuaran para los Juegos. Y no teníamos nada (a nivel económico). Iba a salir un proyecto, Team España Élite, que no salía (se ha aprobado este octubre). No estábamos en ADO, no estábamos en nada. ¿Qué hacemos? ¿Tampoco puedes trabajar? Hay muchas cosas que la gente no sabe. La gente ve un escaparate y no sabe qué hay detrás. Y es duro.
En Supervivientes, en este sentido, el ruido que se genera es mayor.
Lógico. Yo creo que, eso sí, la gente se ha dado cuenta de cómo está el deporte español a nivel polideportivo. La gente del tiro con arco, del remo, de halterofilia te van a decir lo mismo. Yo tengo cero patrocinadores, a mí nadie me ayuda. Afortunadamente, he pillado la ADO, pero, cuando era el diez del mundo, nadie me daba nada.
¿Se lleva algo, en lo deportivo, de la experiencia?
Sí. Este tipo de experiencias te hacen más fuerte. Sobre todo, mentalmente. Tiene una parte psicológica muy grande. Te hacen valorar las cosas. Tienes mucho tiempo para pensar, para ver qué cosas no hacías bien, recapacitar. Te hace mejor persona, saber compartir. Y eso, en deporte, es básico. Saber estar con tus compañeros, conocer tu rol. A mí me ha ayudado mucho y lo estoy notando durante la vuelta.
“Cuando salga, quiero ir a los Juegos Olímpicos y ganar una p… medalla”, dijo en la isla. Ahora que ya ha salido, ¿cómo de cerca la siente?
Lo importante es ir paso a paso. Volver, entrenar, sentirme bien. Hablar de medallas, ahora mismo, es muy fácil. Es muy fácil decir que quiero ser campeón, pero hay que trabajarlo desde la base. Centrarme, entrenar lo físico y mi esgrima. Si está cerca, lejos o a mitad de camino no es la prioridad. La prioridad es volver a sentirme yo.
Lo cierto es que, más allá de usted, sí se puede sentir más cerca que nunca esa medalla.
Tenemos un equipo muy bueno. Estamos los ocho del mundo a nivel de espada masculina. Estamos en un momento que hace mucho que no estábamos. Hay que mantenerlo, que siempre es lo difícil. Lo importante, ahora, es que yo vuelva. Ellos quieren que vuelva, que esté en el equipo otra vez y meterlo entre los cuatro mejores, para poder luchar por medallas, esa es la realidad. Lo importante es que el equipo se clasifique y poder tener la oportunidad de conseguir la primera medalla para la espada masculina. No hay ninguna selección de esgrima que tenga una medalla y creo que ahora mismo se puede conseguir. Estamos muy cerca y esa es la apuesta a largo plazo: París.
¿Le molesta que se le pueda reconocer más por la isla que por lo deportivo?
No. No me molesta. Es verdad que me gustaría más que me reconocieran por el deporte, como a todos los deportistas. Llevo diez años y tengo medallas en Mundiales, Juegos del Mediterráneo, Europeos, campeón de Europa, subcampeón del mundo, etc. Es duro, pero es lo que hablábamos al principio de la conversación. Si el deporte no se ve, si no tiene apoyos, nadie sabe quién eres. Si sales en la televisión, aunque no sea haciendo deporte, la gente sabe quién eres. Es muy fácil. No me molesta porque me he esforzado. He estado tres meses pasando hambre, me lo he currado también. Me gustaría, volviendo, que fuera por lo deportivo, pero no me molesta que alguien me conozca por haber hecho un reality.
Es una vía más rápida que ganar medallas, parece.
Hay gente que ha ganado una, dos o tres medallas Mundiales. Una, dos o tres medallas Europeas y ahora pueden empezar a hablar con marcas. No me parece justo. A mí, gracias al reality, se me han abierto más puertas. Es la verdad. Crítica buena o mala, constructiva o no, pero se habla. Ahora hay gente preguntando por el ranking de Media del Campo, por un ranking nacional, por cómo me había ido… Eso antes no existía.
Se le puede sacar provecho, ¿no?
Claro que sí. Si un niño se ha apuntado a esgrima por verme, ha merecido la pena. No tengo ninguna duda. Si hay un niño feliz con su espada en casa, no tengo nada más que decir. Eso ya me llena. Si podemos inspirar a las nuevas generaciones para que hagan deporte… Yo le doy muchas vueltas a cómo conseguirlo.
¿Y qué piensa?
Cómo conectar a los niños con el mundo del alto rendimiento y que el alto rendimiento se adapte a los niños. Las redes sociales ofrecen muchas posibilidades. La gente necesita un icono, un superhéroe. La gente ve a Nadal, Alcaraz, Carolina Marín, Fernando Alonso, Lydia Valentín… Eso no se consigue sólo con resultados deportivos. LeBron James siempre dice que es más que un deportista. Todo lo que mueve, lo que transmite… Entender eso es clave.