Un bronce de época
España, campeona olímpica, ante Estados Unidos, vigente oro mundial, en la final de consolación. Las Guerreras del Agua son las únicas medallistas de París 2024 en disposición de repetir podio.
No están Maggie Steffens o Asleigh Johnson, como tampoco las que serían sus equivalentes, Maica García, Pili Peña, Judith Forca o Laura Ester. En el caso de España tampoco Miki Oca se encuentra en Singapur -o, mejor dicho, sí ha estado, pero colocando a China novena del mundo-, mientras que Adam Krikorian se perpetúa como seleccionador de Estados Unidos desde 2009. Y, sin embargo, ambas selecciones fueron capaces de plantarse en las semifinales de estos Mundiales, y sin haber perdido ningún partido. Como en los viejos tiempos. Hasta toparse con Hungría y Grecia, respectivamente.
Una final de otra época, ahora de consolación, es la que disputarán este miércoles a las 11:35 (hora peninsular española, Teledeporte) dos combinados que han hecho historia en los últimos tres lustros. Que siguen haciéndola. Porque no es una final por el oro, de acuerdo, pero sigue siéndolo por una medalla mundial. Por subir al podio. Y, en el caso del grupo de Jordi Valls, eso adquiere un mérito enorme, puesto que España es la única Selección medallista en los Juegos de París 2024 que puede volver a colgarse una presea ahora: tanto Australia como Holanda -apeada por las propias Guerreras en cuartos de final- quedaron fuera de la ecuación. Eso dice mucho del complejo y disputado panorama internacional.
Que se lo digan a las propias estadounidenses, que precisamente este miércoles dejarán de ser las vigentes campeonas del mundo, título conquistado en Doha 2024, que se quedaron fuera del podio en los Juegos tras haber sido campeonas del tirón en Londres 2012, Rio 2016 y Tokio 2020 -en dos de esas finales, ante España- y que en la World Cup con la que comenzó el año no lograron ni siquiera clasificarse para la fase final de abril: 16-11 las derrotaron las propias españolas en enero.
Así que con ocho campeonas olímpicas en sus filas y una campeona mundial, Anni Espar, en lo que debe centrarse la Selección no es tanto en el varapalo sufrido en la semifinal frente a Hungría (9-15), sino en recuperar la fe en sí misma. Desde aquel oro de Barcelona 2013, España ha sido plata en Budapest 2017, Gwangju 2019 -ambas veces, cayendo en la final frente a las estadounidenses-, Fukuoka 2023 y bronce en Doha 2024. Es decir, que aspiran a retener su estatus de tercer mejor equipo del mundo.
Si algo refleja todo este historial, por no hablar de los cuartos de final perdidos también ante las norteamericanas en Kazán 2015 y Budapest 2022, es la factura que a las Guerreras del Agua les pasó cada uno de sus enfrentamientos con las de Krikorian, enemigas íntimas con las que suele compartir concentraciones antes de cada gran cita: este verano también, en Los Ángeles.
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Pero, además de la citada World Cup de este año, ese muro inalcanzable, esa moral comida, se rompió afortunadamente en mil pedazos hace justo un año, con un 13-11 en París 2024 del que tuvo mucha culpa Bea Ortiz. Una de las colosas del waterpolo español que en Singapur, por bien que no sea el oro, pueden seguir agrandando un palmarés de ensueño. Y las jóvenes, empezar a construirlo en grande.
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