Stella Ábalos, la joya del Climent Club
La madrileña, campeona de España amateur, entrena en el gimnasio de Ilia Topuria e irá a Serbia en busca de un título de Europa. Dedica su vida a las MMA.
El Climent Club es una fábrica de campeones, así lo demostró Ilia Topuria y lo hará su hermano Aleksandre. Pero no son los únicos que brillan en ese gimnasio. Stella Ábalos (23 años) tiene todo lo que se debe tener para ser la peleadora de MMA referente en España. Es campeona nacional amateur y va en busca del título europeo en Serbia el 29 de marzo. Con toda una vida dedicada a los deportes de contacto, La Jefa pelea en WOW y quiere poner en lo más alto las artes marciales mixtas femeninas. “Me gustaría ser yo la referente aquí en España, porque no hay mujeres”, avanza Stella.
Stella vivió los deportes de contacto desde muy pequeña y a los 15 años empezó a practicarlos. “Yo había hecho K1 y kickboxing y, como yo era muy inquieta, había competido ya, pero era algo que, como que me sabía a poco”, cuenta la madrileña a AS. Empezó a practicar jiu jitsu y grappling, hasta que se animó a probar las MMA porque trabajaba en un gimnasio de recepcionista. “Yo sabía un poquito de las dos cosas y dije: ‘¿Por qué no combinarlo, a ver qué tal? Y en el momento en el que probé, que fui a mi primera clase dije: ‘Ya. Quiero hacer esto’”, relata.
La elección deportiva de Ábalos chocó en su entorno. “Siendo chica, tuve un poco de dilema en casa con mis padres. La condición siempre era, o estudias o no te pago el gimnasio”, recuerda. Stella siempre ha sido buena estudiante, llegando hasta el cuarto curso de la carrera de Diseño y Gestión de moda. Se iba a la universidad con la mochila del entreno y los tuppers, dispuesta a pasar 20 horas fuera de casa para perseguir sus sueños. “Siempre he sido aplicada. Pero ya, claro, ya después llegó un momento en el que, si yo quería dedicarme al deporte, no era compatible, y no lo podía compaginar”, explica la luchadora que, además, lleva viviendo sola desde los 18 años. Empezó a comentar en Eurosport, la plataforma que emite todo el contenido de UFC y MMA en España, y a presentar Strikers Cage, además de que trabajaba como camarera por las noches en discotecas hasta este mes. “Se abrieron un poco más las puertas, y mis padres lo vieron de otra forma, con una proyección de futuro”, aseguró.
Su vida dio un giro de 180 grados cuando recibió la llamada del entorno de Ilia Topuria para hacer un training camp en el Climent Club, en Alicante. “Estuve una semana y flipé. Cuando eres luchadora y llegas a un sitio donde hacen lo mejor de lo mejor tú dices, si yo quiero pelear y lo quiero hacer bien, es que tengo que estar aquí”, recuerda Stella. Hizo sus maletas y dejó Madrid para perseguir su sueño de la mano de los hermanos Jorge y Agustín. Además de entrenar, también da clases para mujeres. “A mí me encanta. Aprenden y se ponen en forma, al mismo tiempo que ganan mucha autoestima y seguridad. A mí me la ha dado, yo me sentía un poco vulnerable cuando era pequeña porque he tenido una infancia muy complicada. Yo sé que soy fuerte, y sé que no soy vulnerable. Soy peligrosa, bastante peligrosa. Entonces, las veo y cogen mucha confianza, y eso me gusta. Como que se combinan las dos partes, ayudarlas en lo físico, pero también en su evolución mental y con ellas mismas”, recalca la madrileña. En un futuro, le gustaría sacar a competir a peleadoras.
Stella es competidora, pelea con la promotora de WOW, junto a algunos peleadores de su equipo como Pepe Torres o Salah Eddine Hamli, en el peso átomo (47 kilos). “Queremos hacer el Campeonato Europeo y, luego sé que a finales de este año hay un Mundial en Abu Dabi”, cuenta. Tiene una gran comunidad de seguidores de Instagram, donde acumula más de 26.000 seguidores. Para poder ir a Serbia, hizo un GoFundMe y sus followers le proporcionaron el dinero para poder cubrir los gastos del viaje. Tiene intención de pasar a profesional para principios del próximo año con su promotora. Para ello, trabaja duro a diario. Se levanta a las seis de la mañana y no para en todo el día. “Tengo que pararme, hacer las tostadas, la proteína, el batido, la creatina... De ahí, me voy corriendo a hacer las pesas, y a las diez estoy terminando y me voy corriendo a dar la clase a las chicas. Después, me voy corriendo a comer. Me siento media hora o veinte minutos y me voy a boxeo. Termino y me voy corriendo porque toca ir al Climent. A las seis y media. Llego a mi casa todos los días nueve y media, diez. Y eso es un día, porque cada día cambia”, explica Ábalos. Un día que solo puede soportar una guerrera.
Entrenar al lado de Ilia Topuria también es una motivación extra. El hispanogeorgiano noqueó a Alexander Volkanovski y se convirtió en campeón del peso pluma, algo histórico. “Era como que todos lo sabíamos, pero estaba pasando. Era como sí, ya lo sabíamos, pero ¡guau! ¡Qué locura! La cara que hizo, esa tan famosa, pues así estábamos todos”, recuerda Stella. El Climent es, ahora, un reclamo para todo el que quiere triunfar en las MMA. “El gimnasio está lleno. Llamadas, entran a tope, la gente se ha interesado por el deporte, ya no solo aquí. En Madrid, en todos los gimnasios, los periodistas, los medios, todo el mundo. Es como que hemos entrado en el panorama”, cuenta. Con un referente de ese calibre codo a codo, la luchadora se pone metas altas. La UFC es la compañía que todos quieren, pero Ábalos confía en sus capacidades. “Yo me veo siendo una de las mejores luchadoras de mi categoría. Ahora peleo en 47,6 kilos, que ese peso no está en UFC. Tendría que ir a 52. No tengo ningún problema, porque con tiempo mi cuerpo va a coger peso, voy a coger fuerza. Y es una carrera larga de fondo, así que no tengo ninguna prisa. No lo descarto, porque sé que cuando vaya profesional estaré peleando en una buena liga, seguro. PFL, UFC, Octagon, Cage Warrior...”, sentencia. Otra de las joyas que presenta el Climent Club.