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NATACIÓN ARTÍSTICA

“Solo podemos respirar un minuto”

La natación artística española afronta un año determinante con el Mundial de Fukuoka y con el último cambio de reglamento que aplica más intensidad a las rutinas.

El equipo de sincronizada.

No hay mes más brillante que abril en el CAR de Sant Cugat, cuando los rayos del sol irrumpen con fuerza en la vidriera que protege la piscina de entrenamiento del equipo español de natación sincronizada y la adrenalina de la competición empieza a aparecer en las nadadoras. Un calendario en la pared descuenta los días que restan para el Mundial de Fukuoka de julio, una competición que debía celebrarse en 2021 y luego en 2022, de ahí se entiende que el 2023 esté reescrito. Mientras suenan acordes árabes, el equipo hace su rutina y las asistentes de Mayuko Fujiki, la seleccionadora, las graban en un Ipad y luego les enseñan las correcciones. Todo acontece de inmediato. Cada detalle se pule y se practica 20 veces.

Como ocurre también en el waterpolo, la natación artística afronta su enésimo cambio de reglamento a menos de un año y medio para los Juegos Olímpicos de París. Éste es, a diferencia de los otros (comparable al que tuvo lugar después de los Juegos de Atlanta 1996), más profundo y complejo, que lleva a la sincro al terreno de la matemática y la aleja del arte, un deporte ahora más robótico y, teóricamente, objetivo, y menos creativo. Así lo explica la seleccionadora española: “Cambia por completo el entrenamiento. Han introducido las figuras que hay que hacer, el tiempo de las rutinas se ha reducido y han aumentado las apneas. Todo es matemático, hay que encajarlo y no perder la parte artística. Eso es lo que queremos”.

En el cambio de normativa se elimina el combo y los ‘highlights’ y se añade una nueva disciplina que se llama “acrobacias”. El Comité Técnico de la Federación Internacional de Natación (FINA) establece cómo deben ser exactamente las coreografías y qué puntuación tienen las figuras, así cada equipo puede escoger si le añade más dificultad o menos al ejercicio. Es como encajar un puzle con distintas piezas. La puntuación también será diferente. Mayu lo explica con un ejemplo gráfico: “Antes, la rutina de equipo libre debía durar cuatro minutos y teníamos que hacer cuatro subidas y seis figuras. Ahora, la rutina debe durar 3:30 y hay que hacer una figura más. Todo se comprime. ¡Solo tenemos un minuto para respirar y hay que estar 2:30 debajo del agua!”.

Todos esos cambios requieren una planificación mayor. “La intensidad de los ejercicios aumenta”, subraya Mayu, por lo que la preparación física tambiés es fundamental. El equipo de sincro lleva ya tiempo entrenando las nuevas coreografías (que prefieren mantener en secreto) para poder controlar y entrenar más tiempo todos los detalles de cada figura: “Hay que hacer muchas veces la coreografía, por eso hay que tenerlas antes preparadas”, asegura Mayu, consciente de que el nuevo reglamento abre un nuevo escenario de oportunidades.

Iris Tió.
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Iris Tió.Dean MouhtaropoulosGetty

Camino a París: los chicos deberán esperar

Antes de ese Mundial de Fukuoka de 2023, la natación artística probará sus nuevos rutinas (”debemos estudiar la estrategia sobre qué enseñamos y qué no”) en Francia, Egipto, la Superfinal Mundial que se celebrará en Oviedo y la Copa de Europa en Polonia. Uno de los objetivos es potenciar a Iris Tió, que se estrenó como solista en el pasado Mundial de Budapest con una notable actuación. El pasado noviembre, la nadadora estuvo en Argentina en una competición, testeando el nuevo reglamento con jueces FINA. “Está creciendo como la cara de España”, dijo.

El equipo cuenta con las mismas integrantes que en el pasado Mundial de Budapest, sin una Ona Carbonell de baja por maternidad (continúa con sus entrenamientos en el CAR de Sant Cugat algunas tardes) y sin el solista Pau Ribes, ya retirado. En su lugar están Marina García, plata en solo en el Mundial júnior, y Fernando de los Ríos, que participará en el Mundial de Fukuoka en la rutina de solo masculina, que se inaugura en esta competición. No obstante, y aunque la normativa ya permite que haya chicos en las rutinas de equipo en París 2024, en España se deberá esperar un tiempo: “Cuando salió la norma probamos con Fernando y con Denis González. En este momento no tienen el nivel entrar en el top 8 de mejores, es diferente, se necesita tiempo. En el futuro habrá seguro”.

Con la presencia de Rusia en el aire, con Ucrania entrenando de nuevo en su país en una piscina “fría” y con China renovando el equipo, todo es incierto con vistas a unos Juegos cuya clasificación se deberá decidir en el Mundial de Doha entre enero y febrero de 2024, un torneo que servirá de Preolímpico y que concederá tres plazas de equipo y otras tantas de dúo, la opción segura en París.