Estados Unidos intenta mostrarle a la FINA que Anita Álvarez puede seguir compitiendo y la ha sometido a test médicos con un cárdiologo de los SEAL.
Sonaban los últimos acordes de Stairway to Heaven de Led Zeppelin en la piscina de la Universidad de California (UCLA) cuando Anita Álvarez tocó la pared después de un subacuático de 50 metros con el que ponía fin a un test inhumano. “Estas chicas son más duras que los marines de Estados Unidos”, dijo el cardiólogo que se encargó de presenciar el reto y de analizar el corazón y el comportamiento de la nadadora más famosa de 2022. Y no alcanzó esa categoría por las medallas, sino por ese desmayo en el Mundial de Budapest y el rescate instintivo de la española Andrea Fuentes, su entrenadora, unas fotografías de Oliver Scarff (AFP) que dieron la vuelta al mundo.
Después del susto, llegó la prohibición de la Federación Internacional de Natación (FINA) para que siguiera compitiendo en Budapest pese a que no se detectaron problemas en su corazón. Únicamente hubo un baremo anómalo en los análisis de sangre. La nadadora de Nueva York tenía la hemoglobina muy baja debido a una falta de hierro. “Eso lo que produce es que el oxígeno no llegue bien al cerebro y haya riesgo de sincope hipóxico, especialmente en la parte final de una apnea. El problema es que dependerá de las condiciones del momento que pueda darle de nuevo sí realmente esa es la causa”, advierte Andrea Fuentes.
Por eso mismo, la entrenadora española, ganadora de cuatro medallas olímpicas, se puso manos a la obra para garantizar que la salud de Álvarez no corriese peligro y para demostrarle a la FINA, con el aval médico, que la solista estadounidense podía seguir practicando sin riesgo su deporte y continuar el camino a los Juegos de París 2024. “Tenemos que provocar que se vuelva a desmayar”, sintetizaba Fuentes de forma clara.
Anita Álvarez se sometió a un análisis de sangre para comprobar los resultados de la hemoglobina y se preparó para un entrenamiento salvaje. Uno de los cardiólogos de UCLA, acostumbrado a tratar con los marines (SEAL) que hacen competiciones de apnea y se desmayan ocasionalmente, le colocó junto al corazón dos pequeños aparatos para poder controlarlo y obtener datos al momento. Las compañeras de equipo decidieron quedarse en la piscina y animarla como si fuera una competición. “Fue muy bonito y emotivo”, explica Fuentes.
Álvarez hizo un entrenamiento y después repitió la misma coreografía que interpretó en el Mundial de Budapest, tres minutos de extrema dureza. La última vez que la neoyorquina se atrevió con esa rutina de solo libre fue precisamente aquel 22 de junio en la piscina de la Isla Margarita de Budapest. No la hizo una vez en UCLA, sino cinco. Seguidas. El cardiólogo descartó que hubiera problemas en el corazón, pero quiso que la nadadora siguiera el entrenamiento, una vuelta de tuerca más.
Fuentes le preparó una serie “brutal”, con muchas apneas, la última de 50 metros recorriendo toda la piscina. Y Álvarez escogió la canción de Led Zeppelin con la que se había enamorada de la sincro en los Mundiales de Roma de 2009, cuando el equipo español con Andrea Fuentes, Gemma Mengual y Ona Carbonell se había colgado el oro en la rutina de combo. “Acabó llorando, vomitando, fue incluso poético, tocó la pared con el final de la canción, que duraba más de ocho minutos”, resumió Fuentes. Con el aval médico, ya que los parámetros de hemoglobina fueron normales tras el inhumano test, Estados Unidos tocó la puerta de la FINA.
Y allí se encontró con el jefe de los servicios médicos, curiosamente un doctor con un ilustre apellido: Van Den Hoogenband. Era el padre del famoso nadador holandés que batió a Alexander Popov en los Juegos de Sidney y que llevó las pruebas de estilo libre a otra dimensión con sus duelos con Ian Thorpe y Michael Phelps. Los médicos quedaron impresionados con las pruebas que realizó Anita. Ahora la decisión está en manos del director ejecutivo. Ella quiere seguir compitiendo.
Scarff: “Todavía me emociono cuando veo la foto de Anita y Andrea”
Era el 22 de junio en Budapest, en una de las piscinas de Isla Margarita. El reloj se acercaba a las 17:00 cuando se disputaba la prueba de solo de natación artística. Andrea Fuentes observaba con pasión y nervios la actuación de Anita Álvarez cuando, al acabar la rutina, saltó al agua en busca de su nadadora. Solo un hombre en toda aquella piscina sabía lo que estaba pasando. Era el fotógrafo de AFP Oliver Scarff, que en la tribuna de prensa manejaba un mando de la Xbox con el que movía la cámara subacuática. En su ordenador veía el rescate que después dio la vuelta al mundo con sus fotografías. Un momento único para un fotógrafo prestigioso que ha cubierto multitud de eventos y que habla de deporte, fotografía y de aquella imagen tan humana, de tragedia, supervivencia y final feliz.
-¿En qué momento se da cuenta de que las fotografías van a dar la vuelta al mundo?
-Me sorprendió mucho presenciar el rescate y sabía que tenía algunas imágenes impactantes sobre él. Una vez que el locutor del estadio informó a los espectadores que Anita estaba bien y que estaba recibiendo tratamiento, hablé con mi editor de AFP y le dije que le enviaría mis fotos para que las subtitulara y las distribuyera. Realmente no sabía cuánto interés recibirían, ya que la natación artística generalmente no ocupa un lugar destacado en la prensa convencional. Revisé Twitter en mi teléfono justo antes de dormir esa misma noche y pude ver que algunos periodistas deportivos y personas muy relacionadas con la natación artística habían visto mis imágenes y las estaban tuiteando. Sus tweets habían ganado alrededor de cien me gusta cada uno y un puñado de retuits. Me complació que la gente se fijara en ellos, pero ciertamente no se estaba 'volviendo viral'. Cuando me desperté a la mañana siguiente, revisé mi teléfono y vi que tenía una solicitud de entrevista de la CNN; en ese momento me di cuenta de que el interés en mis fotos se había vuelto global.
-¿Qué es lo que más le sorprendió de las imágenes?
-Encontré toda la experiencia mientras capturaba las fotos bastante impactantes. Me preguntaba: ¿cómo había estado fotografiando la rutina de natación artística de Anita y luego, segundos después, estoy presenciando cómo le salvan la vida?
-Tomó las fotos con una cámara subacuática, ¿cómo funciona?
-La cámara es una cámara digital Nikon D5 normal con una lente de 24-70 mm, está encerrada en una carcasa hermética con un frente de vidrio curvo gigante y un motor interno que puede controlar el zoom de la lente. Luego, la carcasa se conecta a más motores que pueden girar, inclinar y hacer rodar toda la unidad. En conjunto, esta configuración de cámara y robótica pesa alrededor de 30 kilogramos y se coloca en el fondo de la piscina. Desde allí, un gran cable de grado marino de 50 m conecta la cámara subacuática desde el fondo de la piscina hasta mi asiento en lo alto de una tribuna con vistas a la piscina. El cable se conecta a mi computadora portátil, iPad y un controlador de juegos Xbox. Con este arreglo, puedo usar el controlador del juego para operar los motores y maniobrar la cámara. Tengo una transmisión de video en vivo en la pantalla del iPad de la vista a través del visor de la cámara. También puedo cambiar la configuración de la cámara de cualquier manera que podría hacerlo si la cámara estuviera en mi mano. Se usa un botón en el controlador Xbox para tomar fotos y tan pronto como lo hago, en unos segundos se transmiten por el cable y aparecen en la pantalla de mi computadora portátil adyacente.
-¿Cuál fue su papel en el proceso de edición y de selección de las fotos?
-De todas las fotos que tomo, hago una selección rápida de las mejores y las edito haciendo ajustes, si es necesario, en contraste, recorte y balance de color. Luego les agrego un título y los transmito a un editor de fotos de AFP (en una ubicación diferente) para su distribución a los medios de comunicación de todo el mundo. Esto normalmente se hace en segundos, ya que la demanda mundial de imágenes de deportes de élite es enorme.
-¿Cuál fue la reacción de sus superiores cuando lo vieron?
-Estaban muy complacidos de que hubiera podido capturar este momento dramático con tanta claridad. Al día siguiente de hacerlas, recibí un photocall muy agradable del editor en jefe global de AFP Photo (esto no sucede muy a menudo) para ofrecerme sus cálidas felicitaciones.
- ¿Le sorprendió el revuelo que se creó?
-Lo estaba (¡y puedo agregar esta entrevista al 'revuelo'!). Como la mayoría de los fotógrafos que conozco, soy mucho más feliz detrás de una lente que frente a ella y mis numerosas solicitudes de entrevistas después de tomar las imágenes fueron algo abrumadoras. Por supuesto que es bueno que mis fotos se muestren tanto, pero nunca anticipé la reacción que provocaron. Como mencioné, me sentí muy conmovido por la experiencia de tomar las fotos, ya que pude ver el desarrollo del rescate tan claramente en la pantalla de mi iPad, y todavía me siento emocionado cuando las miro. Sin embargo, no esperaba una reacción tan fuerte de las personas que habían visto mis fotos en los medios: recibí varios mensajes y comentarios en las redes sociales de personas que estaban realmente conmovidas por ellas.
-¿Se agradece hacer deportes acuáticos?
-Me gusta mucho tomar fotos de deportes acuáticos. Vivo cerca de Manchester, en el Reino Unido, por lo que, como era de esperar, paso gran parte del año fotografiando fútbol, algo que también disfruto, pero es genial poder pasar tiempo fotografiando algo completamente diferente. Es un deporte tan dinámico y todas las disciplinas acuáticas que ves en un Campeonato del Mundo o unos Juegos (natación, saltos, artística, waterpolo, etc...) son todas muy diferentes y proporcionan fotos muy interesantes.
-¿Habló con Anita o Andrea?
-No he hablado con Anita, pero Andrea me envió un mensaje encantador en las redes sociales recientemente para decir cuánto significaba la foto para ella.
-¿Por qué decidió ser fotógrafo y dónde se formó?
-Decidí ser fotógrafo por mi padre. Fue fotógrafo en su juventud y últimamente (todavía) posee y dirige una imprenta fotográfica. Me enseñó a usar una cámara cuando era adolescente y me enamoré de ella. Decidí estudiar matemáticas en la universidad porque quería algún tipo de título útil y transferible si mi sueño de convertirme en fotógrafo profesional no se concretaba. Pensé que si mis fotos eran lo suficientemente buenas, no necesitaría una calificación fotográfica (esta teoría ha funcionado bien hasta ahora...). Mientras estudiaba matemáticas en la universidad, comencé a trabajar para el periódico estudiantil y finalmente me convertí en su editor de imágenes, ¡aunque no había mucha competencia para este puesto! Gané un concurso de fotografía para estudiantes y el premio fueron dos semanas de experiencia laboral en Londres en el periódico The Independent, la pasé muy bien y reafirmó mis ganas de trabajar en los medios. Al graduarme volví a casa a vivir con mis padres y trabajé en la imprenta fotográfica de mi papá. Esto continuó durante un año mientras todos mis amigos estaban comenzando trabajos de alto nivel para graduados. Finalmente, una de mis muchas solicitudes de trabajo de fotografía llegó a una agencia de prensa local que buscaba un fotógrafo. Me dieron una semana de libertad condicional, y cuando aprobé se extendió a un mes, luego a seis meses, y finalmente me dieron trabajo. Tres años más tarde me mudé a Londres y comencé a trabajar para el periódico Telegraph y un año después acepté un trabajo en Getty Images como fotógrafo de noticias. En 2014 dejé Londres y comencé a trabajar para AFP en el norte de Inglaterra.
-¿A qué grandes eventos ha ido?
-Juegos Olímpicos de Tokio, festival de música de Glastonbury (varias veces), reuniones del G7 (3), funeral de Su Majestad la Reina, funeral de Mandela, partida del Papa Benedicto XVI, Campeonato Mundial FINA 2019 en Corea del Sur, Copa Mundial de la FIFA 2014 en Brasil...
-¿Cuáles son las sus fotografías más especiales?
-¡Vaya! ¡Pregunta difícil! Para ser honesto, siempre estoy pensando en la próxima tarea y en lo que puedo hacer con ella. Sé que suena como una evasión, pero es verdad. En todo caso, me gustan más los momentos más tranquilos que pueden contar una historia de un evento en lugar de imágenes audaces.
-¿Qué papel juega el fotógrafo en el periodismo actual?
-El público nunca ha sido más alfabetizado visualmente. La enorme popularidad de las plataformas de redes sociales basadas en imágenes, como Instagram, hace que cientos de millones de personas creen e interactúen con la fotografía a diario. Creo que debido a esto, cualquier medio de comunicación que no promueva fuertemente las imágenes se está perdiendo. Los fotógrafos trabajan al frente de esto; no podemos hacer nuestro trabajo trabajando desde casa. Y cuando capturamos algo especial, tenemos el poder de elevar una historia a la conciencia pública.
-Instagram ha convertido a toda persona en fotógrafa, ¿eso le ha dado más valor a la fotografía?
-Eso es difícil de decir: ¡Louis Vuitton no se me ha acercado para pedirme que fotografíe su próxima campaña publicitaria si eso es lo que quiere decir! Como trabajo casi exclusivamente para AFP, sé que están contentos con mi trabajo y me envían a algunas tareas interesantes y eclécticas, así que no puedo pedir más que eso. Sin embargo, Instagram ciertamente me ha dado más exposición. Es maravilloso cuando un extraño tropieza con mi cuenta y me envía un mensaje para decirme cuánto le gustan mis fotos.