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UFC

Sean Strickland: de una infancia marcada por el abuso infantil a campeón de la UFC

El estadounidense pondrá en juego por primera vez su título del peso medio ante el sudafricano Dricus du Plessis (04:00, Eurosport). Sufrió malos tratos durante su niñez y tuvo un pasado neonazi.

Sean Strickland ciñéndose el cinturón que le arrebató a Israel Adesanya.
DAN HIMBRECHTSEFE

Sean Strickland no lo ha tenido nada fácil en la vida, pero ha conseguido llegar a lo más alto por méritos propios. El estadounidense tuvo una infancia marcada por el abuso infantil, el alcoholismo y los malos tratos, además de tener un pasado neonazi por la influencia supremacista de su abuelo. En septiembre sorprendió al mundo al imponerse de forma clara a un campeón tan consolidado en la compañía como era Israel Adesanya, y la madrugada del sábado al domingo (04:00, Eurosport) defenderá su título del peso medio ante el sudafricano Dricus du Plessis en el Scotiabank Arena de Toronto, Canadá.

Strickland nació en una familia desestructurada de Anaheim, California. Su padre era un alcohólico y un maltratador, por lo que su infancia estuvo marcada por el abuso infantil y los malos tratos. El estadounidense se quedaba despierto hasta la madrugada para vigilar que no agrediese a su madre, y tener que trasnochar influyó negativamente en su rendimiento escolar. Además, el abuelo de Sean, al que idolatraba, también le llevó por el mal camino, ya que le inculcó el supremacismo blanco. Tuvo un pasado neonazi y estas ideas racistas hicieron que estuviese “siempre enfadado”. Le echaron de la escuela y “caminaba por la calle con un cuchillo o una piedra con la esperanza matar a alguien”.

El deporte salvó la vida de Strickland y evitó que terminase en la cárcel. Entendió que esas ideas racistas que le habían metido en la cabeza no le “dejaban avanzar” y se apuntó a un gimnasio de MMA. Su vida dio un giro y cambió su mentalidad, convirtiéndose en mejor persona. Debutó en la UFC en febrero de 2015 con triunfo por decisión unánime ante el argentino Santiago Ponzinibbio. Fue sumando victorias durante años, hasta que se encontró con la oportunidad de su vida. Peleó por el título del peso medio con Israel Adesanya, uno de los campeones con más defensas de la compañía, y se impuso por una contundente decisión unánime que no dejó lugar a dudas.

A pesar de su buena actuación en la jaula, los comentarios del estadounidense hacen que siempre esté en el punto de mira. Antes de su combate con Abus Magomedov en el UFC Vegas 76, declaró que “las mujeres deberían volver a la cocina” y que “cuando les dieron el derecho a votar a las mujeres, arruinaron todo”. También se enfrentó con su compañera Valentina Shevchenko por asegurar que los hombres pagarían más por verlas desnudas que peleando.

La madrugada del sábado al domingo, Strickland se enfrentará a la primera defensa de su cinturón. Será contra el sudafricano Dricus du Plessis, número 2 en el ranking del peso medio. Como es costumbre, y más con el estadounidense de por medio, ya se han dicho de todo e incluso se han amenazado de muerte. También disputarán el título del peso gallo que dejó vacante Amanda Nunes la brasileña Mayra Bueno Silva y la estadounidense Raquel Pennington en la pelea coestelar del UFC 297.

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