Sandor: “El juez que puntuó con 92-97 debería ir a prisión”

Ningún español había encabezado una velada en el Madison Square Garden de Nueva York salvo Paulino Uzcudun en 1935, cuando cayó contra Joe Luis. El sábado, Sandor Martín (40-3-0 con 13 KO’s) se enfrentó al local Teófimo López (25 años y 18-1-0, 13 KO’s) en una eliminatoria para el Mundial del superligero del CMB. Llegó, vio y venció... para casi todo el mundo menos para los jueces, que le dieron perdedor por decisión dividida (95-94, 93-96 y 92-97). Y se desató la polémica. Él lo definió como “robo”. Muchos boxeadores y comentaristas coinciden. Ya de vuelta en Barcelona “con la nariz como un avatar”, bromea de buen humor, analiza para AS en frío la noche.

-¿Se le ha pasado el enfado?

-Realmente enfadado no he estado en ningún momento. Bajé del ring muy contento con mi trabajo. Cuando eres boxeador, sabes lo que pasa allí arriba. Las sensaciones de Teófimo, las cosas que le decían desde su esquina... Y me quedo con los comentarios del staff técnico del Madison Square Garden, incluso de la gente de Top Rank (la promotora del influyente Bob Arum que representa al estadounidense) diciéndome que había ganado.

-¿Con qué frase se queda de las que le dijeron en el Garden después de acabar?

-No sé, la percepción generalizada fue que había ganado. Lo resumía un prestigioso comentarista en su canal de Youtube, inundado de likes: “A este tipo le han avisado con tres semanas, se ha cruzado el jodido océano para dar una lección de boxeo a Teófimo López en su casa y encima le robaron. Esto es boxeo. Han sido injustos”.

-¿En el transcurso del combate, y al acabar, pensó en algún momento que le podrían dar perdedor?

-No. En la pelea contra Mikey García (en 2021 pudo en Fresno con el excampeón en cuatro divisiones) tenía la sensación de que había hecho las cosas bien, pero no sabía si lo necesario. Y me dieron ganador. Esta vez, nunca pasó por mi cabeza la posibilidad de una derrota. Le había enviado a la lona en dos ocasiones, aunque una no la contasen. No supo cortar el ring. Estaba frustrado, desesperado... ¡En los últimos tres asaltos desde su esquina le decían que hiciera algo, que estaba perdiendo! Cuando terminó, sus caras hablaban por sí solas. Pero tardaron mucho en dar el resultado y era mosqueante. Al acabar, me obligaron a bajar del ring y no me dejaron hacer la entrevista post combate. Todo muy oscuro, lo que emborrona una buena actuación Estados Unidos.

-Hubo un juez que le otorgó una puntuación de 92-97. Es decir, sólo anotó dos asaltos a su favor cuando incluso derribó a Teófimo López en el segundo... ¿Cómo se puede justificar eso?

-De ninguna forma. Ese juez tendría que ir a prisión. Es más, sólo me da los round dos y siete en los que hay derribos, con cuenta y sin cuenta. Boxeé con la nariz rota desde el primer asalto, y cada vez que me la tocaba me dolía horrores. Si Teófimo me hubiese tocado mucho la cara, se me habría inflamado y cerrado los ojos. Por eso sé que sólo me golpeó dos o tres veces.

-¿Y sólo queda el recurso del pataleo?

-Es que la apreciación de los jueces es subjetiva... No soy de llorar. Toca levantarse y tener otra oportunidad, que seguro que llegará. Lo positivo es que cincuenta años atrás esto se podía esconder y sin embargo lo ha visto todo el mundo. Me quedo con la tranquilidad de que nos llamarán desde EE UU o cualquier otro punto del mundo porque lo hemos merecido.

-Es una derrota que tiene que valer...

-¡Claro! Todos los analistas coinciden. Quedó demostrado que la victoria sobre Mikey García no fue casualidad. Hice parecer malo a Teófimo. Él perdió contra George Kambosos en una auténtica guerra. Ganó a Vasyl Lomachenko... Nadie le ha tirado dos veces a la lona. Mi cabeza sigue bien alta.

-¿Qué opciones hay de seguir aspirando al Mundial?

-Volveré a trabajar y volveré a tener otra oportunidad. Se ha visto que estoy en las grandes ligas, que soy peligroso. Este era un combate eliminatorio para el Mundial, pero sé que llegará otra oferta y estaré preparado.

-Desgraciadamente, esto ocurre mucho. Y para los que nos dedicamos a contarlo, también es difícil justificarlo. ‘Siempre estáis igual’, nos dicen. ¿El boxeo puede acabar con el boxeo?

-Ha pasado y pasará siempre. El problema en España es que no podemos traer los grandes combates porque no hay suficientes apoyos. Si Teófimo viene a España, lo despachamos seguro. Pero tuve que ir a su casa. Es una pena. Mire Kiko Martínez... ¡23 combates fuera!