Rolando Romero, el boxeador ‘descubierto’ por Mayweather

La vida de Rolando Romero (15-1-0, 13 KO) estuvo ligada al boxeo desde antes de nacer. Su padre fue boxeador amateur en Cuba, al igual que su hermana, y él practicó judo desde pequeño hasta que se pasó al boxeo. Sus habilidades noqueadoras hicieron que fuese de gimnasio en gimnasio, hasta que le “descubrió” Floyd Mayweather en Las Vegas. La madrugada del sábado al domingo, defenderá su título del peso superligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) ante Isaac Pitbull Cruz (25-2-1, 17 KO) en el T-Mobile Arena.

Romero es de ascendencia cubana, pero nació en Las Vegas, donde reside a día de hoy. Su padre fue boxeador amateur en Cuba, en la categoría de –67 kg, y quería que su hijo siguiese sus pasos. “Yo, con mi espíritu de contradicción, me negaba. Entre los 9 y 17 años fui judoca”, reveló en una entrevista a Cibercuba. Fue tal el empeño de su padre que, no solo consiguió que Rolly fuese púgil a los 17 años, sino que también lo hizo su hija Angélica, que consiguió “siete cetros nacionales” y se retiró a los 22 años.

Los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 convencieron a Rolando de que el boxeo era lo suyo. “Es que, viendo los carteles por la televisión me di cuenta de que allí ninguno me ganaba a mí. ¡Vamos! Ni rusos ni cubanos, ni estadounidenses... ¡Ninguno me aguantaba un round! Ahí mismo mi papá aprovechó y me instó a boxear. Entré a entrenar en el gimnasio Johnny Tocco’s aquí en Las Vegas y empecé a tirar piñazos”, relató el estadounidense. En los entrenos, Romero lo daba todo, llegando al punto de que no encontraba oponentes para hacer sparring. “Mi swing de izquierda es considerado terrorífico, pero yo pienso que el jab de derecha es más potente aún. Yo he noqueado con todo tipo de golpes: uppercuts, ganchos, swings, jabs. Yo en los sparrings abuso, al punto que he acabado con 14 boxeadores consecutivos. No me aguantan, y cuando se están cayendo los remato sin piedad. Yo soy el más peligroso en las 147 libras en este país, no hay quien pegue más duro que yo”, continuó.

Por eso, le fueron echando de los gimnasios en los que entrenaba hasta que una leyenda del boxeo se cruzó en su camino. “Me habían echado de un gimnasio por noquear a todos los que se me ponían por delante. Al otro día, me pasó lo mismo con otro y, al tercero, repetí mis acciones sobre el entarimado, sin merced del oponente y, cuando me iban a despedir de nuevo, el que yo considero el mejor boxeador del planeta libra por libra, Floyd Mayweather, no solo lo impidió, sino que, al otro día, ya formaba parte de su grupo. O sea, él era mi promotor”, reveló el de origen cubano. Un hambre sobre el ring y una habilidad noqueadora llamaron la atención del púgil invicto.

Su actitud es fría y no deja que los sentimientos se crucen en su camino. “Yo no siento nada si mi oponente se muere en una pelea conmigo. Quizá me apenaría algo por la familia, pero ¿y si muero yo? ¿Él va a sentir lástima? No, sigue para adelante. Este es el boxeo profesional”, aseguró. Se proclamó campeón interino del peso ligero en agosto de 2020 al vencer por decisión unánime a Jackson Martínez (21-3-0, 9 KO), y lo defendió por KO en el séptimo asalto un año después ante Anthony Yigit (29-4-1, 10 KO).

“He hecho sparring con muchos campeones del mundo profesional, los he noqueado. Me reservo sus nombres. Vaya, no es conveniente. El boxeo es una mafia, tanto el amateur como el profesional. Quitan las peleas según convenga. Entonces, no te eches enemigos por gusto”, aseguró. Su primera y única derrota llegó en la lucha por la corona AMB del ligero con Gervonta Davis (29-0-0, 27 KO) por TKO en el sexto round. Tardó un año en subir al ring, pero se coronó como monarca del superligero al noquear a Ismael Barroso (25-4-2, 23 KO) en el noveno asalto. “En este deporte los golpes duelen, siento miedo ¿quién no? Y, cada vez que siento alguno, reacciono violentamente, y en lo único que pienso es en noquear. Y si se muere, pues muerto está”, sentenció.

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