Ray Zapata: “Mi ambición no ha bajado, quiero otra medalla”
El gimnasta español, plata en los Juegos de Tokio, valora en AS su temporada. En los Mundiales, no alcanzó la final de suelo, pero fue sexto por equipos.
Entre Tokio y París no hay tanta distancia como parece. De 2021 a 2024, sólo tres años, un ciclo olímpico cortísimo. Tras su plata, Ray Zapata vivió meses muy intensos, como cualquier medallista. Triunfar en los Juegos, el evento deportivo internacional por excelencia, es un catalizador para la repercusión mediática y social. Eventos, entrevistas, reconocimientos... y un nivel que mantener. De la explosión a 2023, curso preolímpico, con todo lo que supone. 2022, por todo ello, podía parecer un pequeño oasis, el único momento de respiro entre periodos de máxima exigencia. Nada más lejos de la realidad. “¿Calma? No mucha. Yo siempre entreno a saco y, cuando voy a competir, quiero estar entre los mejores. Eso exige estar siempre a un nivel muy alto, tanto físico como mental. Trabajamos siempre a tope, nos divertimos y buscamos las mil y una formas de estar entre los mejores del mundo”, explica Ray, con posado energético, a este periódico.
En sus palabras desprende optimismo, pero se nota que tiene una espinita clavada. La afronta de forma positiva, pero la tiene presente. En los Mundiales de Liverpool, celebrados este mes de noviembre, se quedó fuera de la final de suelo, esa que le hizo soñar con el oro olímpico en Japón (consiguió la misma puntuación que el ganador, el israelí Artem Dolgopyat, pero con un programa de una décima menos de dificultad). “Todos los atletas fallan y no siempre se gana. Lo malo es que siempre se muestran las victorias. También se debería mostrar, de una forma positiva y no negativa, que el deportista ha fallado. Es deporte y no siempre se puede ganar, ojalá. Trabajamos para ello, pero no funciona así”, reflexiona en las gradas del Centro Deportivo Municipal Gallur, donde fue embajador de las Madrid CrossFit Challenger Series.
Ray volvió de Tokio con una idea en la cabeza, repetir o mejorar el resultado conseguido, y nada ni nadie se la ha podido quitar. Le da forma durante seis horas al día (tres por la mañana y tres por la tarde) en el CAR de Madrid. Tras los Juegos, tuvo que parar. Los afrontó con el tendón de Aquiles a punto de romperse y empezó el año de forma progresiva. Ahora, en un tono físico óptimo (se le nota mientras da una masterclass a un grupo de niños que siguen y admiran sus movimientos), mira hacia París con la ilusión intacta. “Mi ambición no ha bajado, por supuesto que no. Yo sigo practicando gimnasia porque creo que puedo dar más. El día que no lo crea, lo dejaré, pero creo que puedo seguir estando entre los tres mejores del mundo y lucho por eso. Mi objetivo ya está cumplido, quería ir a unos Juegos y fui, quería la medalla y ya la tengo… pues ahora quiero otra. ¿Por qué no voy a ir a por ella?”, deja en el aire.
“Queremos estar entre los tres mejores del mundo”
El tramo final hasta Francia será frenético. Ray se quedó lejos de su objetivo individual en Liverpool, pero vivió algo casi único en el apartado colectivo. Por segunda vez en la historia, el equipo masculino (Plata, Mir, Abad y Diallo, junto al propio Zapata) alcanzó la final de un Mundial, igualando su mejor puesto de siempre (6º). Y quieren más. “Uno de los principales objetivos era estar en esa final, habíamos trabajado para ello y eso es lo que mola del alto rendimiento. Llegar y encontrártelo mola, pero cuando luchas por ello y lo consigues es más bonito. El esfuerzo de toda la temporada. Nos ha hecho soñar con poder estar más cerca del podio. Vamos a intentar luchar por estar entre los tres mejores del mundo el año que viene. Es algo bastante ambicioso, mucho, pero tampoco tenemos nada que perder”, analiza. 2023 promete.