Portia Woodman: “Ser inspiradora no es una carga, es un honor”

Portia Woodman es al rugby lo que Michael Jordan al baloncesto o Michael Phelps a la natación. Una leyenda viva. La neozelandesa, nacida en Kawakawa hace 32 años en el seno de una familia de ex All Blacks, y nombrada así por uno de los personajes de El Mercader de Venecia, ha sido dos veces campeona mundial de XV y otras dos de seven con las Black Ferns, además de oro olímpico en los últimos Juegos. Nada de eso habría ocurrido de no ser por una recopilación de grandes jugadas de Jonah Lomu con la que se topó por casualidad viendo la televisión. Entonces jugaba al netball y tuvo una epifanía: “Quiero ser la versión femenina de Lomu”, le dijo a su padre. “Crecí con referentes masculinos, así que ser inspiradora no es una carga, es un honor”, asegura ahora a este diario, al que atiende con motivo de las Finales de las Series Mundiales de seven en el Estadio Metropolitano de Madrid.

Ha jugado tanto el formato anterior de las series como el nuevo, estrenado este año. ¿Qué opinión le merece? ¿Cuál prefiere?

Lo que me encanta de las nueva series es que jugamos ocho torneos al año. Empezamos en su momento con solo cuatro. Cuanto más juegas, más aprendes y creces. Este último torneo en Madrid, donde el ganador se lo lleva todo, es emocionante. No premia necesariamente a los equipos que han sido más consistentes durante toda la temporada, pero es un concepto diferente, así que es interesante.

¿Qué es lo que más ha disfrutado de Madrid?

Experimentar un nuevo país y una nueva cultura. Nunca había estado en España antes y me encanta que podamos viajar a diferentes países alrededor del mundo, estoy muy agradecida por eso. Me encanta aprender un poco de los idiomas, así que me quedaría con eso.

Nueva Zelanda ha ganado siete de las diez ediciones de las Series Mundiales femeninas. ¿Cuáles son las bases de su éxito?

Somos un equipo que ama trabajar duro, y sabemos que cuando trabajas duro tienes que creer y confiar en los demás. Si confías en tus compañeras y haces todo lo posible por ellas, todo se reduce a la cultura del equipo. Cuando empecé, éramos un equipo lleno de campeonas mundiales en XV y era más fácil, pero el juego ha progresado y los equipos han mejorado. En el futuro, aquellos creen culturas fuertes, en las que jugadoras se apoyen y se desafíen para mejorar, tendrán éxito.

¿Cómo es la vida de una estrella del rugby en Nueva Zelanda? ¿Tiene algo de privacidad o le piden constantemente fotos, autógrafos y demás?

No es exactamente así en Nueva Zelanda. Cuando salimos, a veces te piden fotos o autógrafos, la gente se acerca y quiere hablar contigo, pero creo que eso es emocionante, es un honor estar en esa posición. Cuando crecía, tenía que admirar a jugadores masculinos como Jonah Lomu, así que ser ahora una inspiración para las jóvenes jugadoras no es una carga, es un honor. Con las redes sociales y la cobertura mediática del juego se ha avanzado mucho. Eso nos permite llegar a más fans, así que me encanta cuando quieren hablar con nosotras. La pena es que es difícil cuando estamos viajando y en los torneos.

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¿Cuál es su opinión sobre la decisión de Antoine Dupont de jugar las Series Mundiales y los Juegos Olímpicos este año? ¿Cree que su presencia atrae más atención sobre el seven?

Me encanta que Antonie Dupont haya decidido jugar en seven. Es un jugador increíble. Su presencia trae nuevos fans, porque es increíble verle en el campo y es una persona genial. No solo él, hay muchos más jugadores que pasan al seven, y lo que queremos al final es tener a los mejores en el campo.

Ha tenido una carrera larga y exitosa hasta ahora. ¿Hay algo de lo que se arrepienta? ¿O algo que desearía tener en su curriculum que no esté ya?

Comencé en el seven en 2012 en Dubái, así que llevo casi 12 años. Creo que durante ese tiempo he disfrutado cada parte de la experiencia. No hay nada de lo que me arrepienta o que cambiaría, no siento que me haya perdido nada, todo ha sucedido como debe ser. Lo único que lamento, pero no puedo cambiar, es simplemente disfrutar más del momento. Porque a menudo estamos mirando hacia adelante: el próximo partido, el próximo torneo... Y creo que, si estás en España, debes disfrutar de España; si estás en casa, disfrutar de estar en casa. He tenido una larga carrera, pero ha pasado tan rápido...

¿Qué va a hacer cuando termine su carrera como jugadora?

Creo que jugaré el resto de mi vida. Pero en cuanto a la camiseta negra, ¿quién sabe? Mi objetivo este año es llegar a los Juegos Olímpicos en el mejor estado posible, ser la mejor versión de mí posible, y ver qué pasa. Lo bueno es que ahora hay muchas oportunidades para las jugadoras femeninas, hay competiciones en todo el mundo. Yo tengo 32 años y estoy pensando en tener hijos en algún momento. Me encantaría entrenar y probar como comentarista también. ¡Hay muchas opciones!

Incluso sin los números en la mano, es fácil pensar que hay muchas chicas jugando al rugby hoy en día porque le han visto a usted y a sus compañeras hacerlo, y probablemente habrá muchas más en el futuro. ¿Está satisfecha con ese legado?

Creo que es muy emocionante que haya muchas chicas jugando al rugby ahora. Ha habido un aumento masivo en el interés. Yo lo atribuyo a la cobertura mediática: cuanto más la gente lo ve, más interés tienen, más oportunidades tienen de ver a las jugadoras y admirar su habilidad y su talento. Las mujeres están siendo retratadas como mujeres inspiradoras y eso es porque lo son. Algunas de las que han jugado en Madrid son trabajadoras a tiempo completo fuera del deporte y algunas son madres. No siempre es fácil, así que estamos agradecidas por la cobertura, porque así la gente de todo el mundo puede vernos. El legado en todo caso lo estamos continuando. No somos el principio, pero somos parte de él. Nos gustaría que se avanzara más, que haya cada vez más federaciones apoyando a los equipos, más países involucrándose. Hay trabajo por hacer, y como una jugadora veterana tengo la obligación de empujar en esto.

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