“No hay plan B”

Un turista alemán fue asesinado el pasado fin de semana en París, en el muelle de Grenelle frente a la torre Eiffel, por un hombre armado con un cuchillo y un martillo que había jurado lealtad al Estado Islámico en un vídeo grabado previamente, según afirmó el fiscal antiterrorista francés Jean-François Ricard. El sospechoso de 26 años, un ciudadano francés que ha sido arrestado, hirió además a otras dos personas. El atentado que se estudia como terrorista ha alertado a las autoridades a menos de ocho meses de la ceremonia de inauguración (26 de julio) de los Juegos Olímpicos. Y más teniendo en cuenta que se celebrará a lo largo del Sena con seis kilómetros de desarrollo y donde se esperan casi un millón de personas viéndola en directo de forma presencial.

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“No tenemos un plan B, tenemos un plan en el que hay varios subplanes con un cierto número de variables de ajuste. No estamos trabajando en un cambio de ubicación. Tenemos la capacidad de asegurar el evento”, dice Amelie Oudea-Caster, ministra de Deportes de Francia a la radio ‘France Inter’. El país está en estado de alerta máxima de seguridad desde octubre cuando un hombre de origen checheno mató con un cuchillo a un maestro en una escuela en el norte de Francia y los funcionarios de seguridad europeos han advertido sobre un riesgo creciente de ataques por parte de militantes islamistas en medio de la guerra entre Israel y Hamas, siendo la mayor amenaza probablemente la de agresores ‘lobos solitarios’ que son difíciles de rastrear.

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