Marchand, con hambre de “todos los récords” aunque no sale ni a por pan
“Me queda mucho por hacer en la natación”, advierte el rey de los Juegos de París, que regresa en los Mundiales de Singapur con dos pruebas tras un cambio drástico de vida y un año de transición.


Como si lo tuviera tan estudiado como la depuradísima técnica que le deparó cuatro oros olímpicos en París 2024, donde se encumbró su carrera, fue capaz este sábado Léon Marchand de medir su discurso entre la ambición y el realismo en la antesala del debut de la natación en línea en los Mundiales de Singapur 2025, de este domingo. En el mismo escenario donde el pasado otoño despidió una temporada gloriosa con tres oros más y una plata en la Copa del Mundo -entonces, en piscina corta-, explicó el rey Marchand sus aspiraciones en esta cita y lo que le ha cambiado la vida desde el pasado verano.
“Diría que ha sido un año de transición”, avisa el francés, que renunció en diciembre al Mundial de piscina corta de Budapest, se marchó en enero y durante un trimestre a Australia y que desde abril ha regresado a los brazos de Bob Bowman, ahora en Texas, Estados Unidos. “He tenido un año de relax, de vuelta a la competición, tomándome el tiempo que necesitaba”, relata, en conferencia de prensa. “Estoy entusiasmado con los Mundiales, quiero batir los récords del mundo en todas mis carreras, por supuesto, aunque no sé cuándo sucederá”, advierte. Y apostilla: “Todavía me queda mucho por hacer en el mundo de la natación”.

La salida de Marchand a las Antípodas a inicios de año no fue casual. Además de ponerse a las órdenes de Dean Boxall, quien le abrió su mentalidad sobre nuevos retos que aún no afrontará en estos Mundiales -un 400 libre que dará que hablar en el futuro-, y de divertirse practicando surf junto a Thomas Ceccon y Alberto Razzetti, aprovechó el campeonísimo para alejarse de su popularidad.
“Mi vida en Francia ha cambiado mucho, ahora tengo que planificar las cosas, no puedo ir solo a la ciudad ni a comprar pan”, manifiesta, no sin confesar que “al principio, fue difícil de gestionar. Pero me estoy acostumbrando, estoy aprendiendo”. “Fuera de Francia”, eso sí, “puedo entrenarme mejor y seguir haciendo las cosas como siempre”.

“Emocionado” con McIntosh
Sin ir más lejos, y a la vuelta de las vacaciones que empezarán tras estos Mundiales, a Marchand le espera un nuevo aliciente, ya que al equipo de Bowman se añadirá nada menos que Summer McIntosh, otra de las grandes estrellas de París 2024 y previsiblemente de Singapur 2025. “Estoy emocionado con la idea de ver a Summer con nosotros, será muy divertido”, vaticina, al tiempo que no escatima elogios, como siempre, hacia su entrenador: “Confío plenamente en él. Ha tenido un gran impacto en mí en los últimos tres o cuatro años”.
Habrá que esperar hasta el miércoles para ver en acción individualmente (también participará en algún relevo) al ‘delfín’ de Toulouse, que en los últimos días descartó de su programa las pruebas de 200 mariposa y 200 braza, en las que figuraba inscrito y con las que había sido campeón en los Juegos, para centrarse en otras dos que también ganó. El 200 y el 400 estilos.

Objetivo: Lochte
En el doble hectómetro acecha el récord del mundo histórico de Ryan Lochte (1:54.00), que data de 2011, si bien deberá pelearlo precisamente con un compañero de equipo bajo el cobijo de Bowman, el húngaro Hubert Kós.
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“Llevo mucho tiempo incitándole a que nade los 200 estilos, porque sé de lo que es capaz de hacer en los entrenamientos y competimos constantemente. Sé que puede ir muy rápido en los primeros 100 metros y hacerlo muy bien, tengo muchas ganas”, concluye un Marchand hambriento de Singapur 2025. Y de lo que llegará después.
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