Lo que el oro olímpico ha unido que no lo separe la Supercopa

Aparece Paula Leitón, con esa sonrisa que no la abandona desde el pasado 10 de agosto. “Yo creo que todas estamos todavía en ese punto de acabar de digerir este sueño que conseguimos. Habíamos trabajado tanto por ello que aún no lo hemos asimilado del todo”, reconoce. Luego van llegando Judith Forca y Maica García, quien carga entre las manos con una caja misteriosa. “Es que hoy es mi cumpleaños”, contesta sin rubor cuando le preguntan qué es. “Y el domingo, tu boda, vaya semanita”, le replican. Y alcanza finalmente la piscina exterior del Club Natació Sabadell una Bea Ortiz que, con una mueca entre nerviosa y traviesa, esboza: “Me he dejado la medalla”. “Es que vengo del fisio”, alega, lo que sirve de motivo junto a la temprana hora del reportaje con AS.

Entre algún fugaz destello del sol, muchas nubes y los socios del club haciendo largos en los carriles de la pileta al aire libre, dan brillo a la matinal del jueves las preseas que las acreditan como campeonas olímpicas de waterpolo, el ansiado título que lograron hace dos meses en La Défense Arena de París, y que lucen en la antesala de la Supercopa de Europa que disputarán este viernes (19:00 horas, Esport3) ante el Plebiscito Padova, en Can Llong.

“Lo de París 2024 sigue siendo un sueño. La final y la semifinal fueron partidos súper duros, pero ahora con la distancia los veo como muy bonitos. Después del sacrificio de tantos años, fue increíble ganar el oro en el mayor escenario donde nunca hemos jugado, y cerca de casa, ante familias y amigos. Dos meses después, todavía valoro más ese momento”, reflexiona Judith, quien no podrá jugar este primer trofeo de la temporada por una lesión de clavícula que arrastraba ya del curso anterior, cuando tuvo que jugar infiltrada y sin apenas sentir una pierna. Y la secunda Bea: “Aún nos queda un tiempo para encajarlo, después de unas semanas con multitud de eventos, celebraciones, galas que no te dejan parar y pensar en lo que significa la medalla”.

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Tiempo tampoco han tenido para decidir dónde pasarán a la posteridad esos flamantes oros. “Aún no la he podido guardar, porque no paro de sacarla de la caja, muy chula por cierto, que nos dieron en los Juegos”, reconoce Maica, quien concede: “Cuando pueda, le dedicaré un lugar en casa para hacer un pequeño museo donde exponer las medallas y trofeos más importantes, y poder verlos cada día”. “Yo seguro que la dejaré también en un rincón muy bonito de casa, aunque todavía no he pensado cuál”, apostilla Judith.

El “ADN Sabadell” y el hambre de las nuevas

Podría parecer que, entre tanto festejo, la Supercopa de Europa casi molesta. Pero nada más lejos de la realidad. “Teníamos muchas ganas de que llegara este partido, y más jugándolo en casa”, avisa Paula, quien proclama: “El ADN Sabadell es querer siempre más. Las incorporaciones llegan frescas, anhelan lo que nosotras ya hemos conseguido, vienen con ese hambre que ya teníamos quienes estábamos antes en el equipo”. Se refiere a Laura Aarts, Simone van de Kraats y Rita Keszthelyi, procedentes del CN Mataró, si bien por el contrario pierde el equipo a la legendaria Laura Ester, también campeona olímpica, que ha regresado al CE Mediterrani.

“El club siempre presenta proyectos ambiciosos, para seguir ganando, para dar otro salto de calidad”, abunda Maica, a lo que asiente Judith: “Somos muy competitivas, así que seguiremos yendo a por todas”. “Llevamos muchos días preparando este primer título de la temporada y, aunque el Padova viene más rodado, de jugar la fase previa de la Champions, tenemos muchas ganas de seguir ganando títulos”, zanja Bea.

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“¡Qué año!”, exclama Maica

De conquistarlo, y por algo son favoritas como vigentes campeonas de Europa, sería la quinta Supercopa del CN Sabadell, la segunda consecutiva, lo que las situaría aún con mayor ventaja como el equipo que más aglutina, por delante de las tres de Olympiacos. Ninguna tiene el Plebiscito Padova, que la primavera pasada conquistó la Eurocup. A eso se refiere precisamente Paula: “Como italianas que son, serán duras, intensas, y como no tienen ninguna Supercopa van a venir a por ésta. Para eso estamos nosotras, que queremos revalidar el título”.

Pero el fin de semana en absoluto concluirá con esta Supercopa. A Maica, tras su cumpleaños, le queda el gran evento: su boda. “Será una manera distinta de celebrar y de disfrutar”, proyecta la boya, que exclama: “¡Qué año! Este 2024 está siendo muy largo, entre Europeo, Mundiales, Liga, Champions, Juegos… Y ahora, conectadas de nuevo al club. Y, en mi caso, con una boda que estoy deseando que llegue, porque será muy emotiva y especial”. Siempre en los altares, en el waterpolo y en la vida.

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