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La zona negra de Carolina: “Los días difíciles son un regalo”

El equipo de la campeona olímpica habla sobre la preparación hacia los Mundiales. Por primera vez, no hubo que hacer modificaciones en el plan.

La zona negra de Carolina: “Los días difíciles son un regalo”
JAVIER GANDUL/DIARIO AS

“Dudé de si podía seguir y recuperarme”, decía Carolina Marín a AS después de ser homenajeada en el Consejo Superior de Deportes (CSD), este miércoles, por su reciente plata (el domingo) en los Mundiales de Copenhague. En el acto, su equipo al completo, conformado por Fernando Rivas (entrenador), María Martínez (psicóloga), Guillermo Sánchez (preparador físico) y Carlos de Santos (fisio), hablaba con los medios presentes sobre el regreso de la campeona olímpica a la élite mundial. Los interrogantes fueron constantes durante todo el proceso. “Todos hemos tenido dudas en muchos aspectos. Si algo nos conecta, es ese trabajo y ese esfuerzo. Ha sido en lo que más he insistido”, admitía Rivas.

En el camino hacia la cuarta medalla mundial de Carolina, de valor especial, los obstáculos se fueron multiplicando. No sólo fueron las dos lesiones graves de rodilla (en 2019 y en 2021, a dos meses de los Juegos de Tokio). Hubo más: pérdidas personales, coronavirus en el momento menos oportuno, complicaciones físicas que entorpecieron la recuperación, etc. En medio de todo ello, un concepto oscuro, “la zona negra”, fue luz. “Hablamos a menudo de ella. Se refiere a cuando todo se pone difícil. Los días en los que todo sale no valen para nada. Ese esfuerzo y ese trabajo en la zona negra es lo que más ha empujado a Caro. Se llega pocas veces a ese punto y es un regalo. Esos días en los que cuesta más es en los que hay que centrarse. Nos falta acumular entrenamientos en esa zona”, explicaba el entrenador de la campeona olímpica.

“La zona negra es una zona bonita de trabajo. La exigencia que cada uno se compromete a tener hacia el resto (del equipo) hace que creemos unas sinergias que permiten que el trabajo sea útil. En el apartado físico, es incidir en las cosas que a Carolina le cuestan más. En esos movimientos en pista que nos costaba hacer. Sin el trabajo de María (psicóloga), yo no podría trabajar con Carolina en esos estados de cansancio, fatiga y de dolor. La zona negra nos incluye a todos”, desarrollaba Guille, el preparador físico. “Hemos vivido etapas de dureza todo el equipo. El mensaje era que cuando Carolina no podía, estábamos todos. Ahora, se abre camino. Ha demostrado que se puede salir, llegar e ir un paso más allá”, completaba María.

Un gran cambio

Por primera vez desde la lesión, el equipo no tuvo que cambiar nada en la preparación de Carolina. La campeona olímpica llegó a los Mundiales siguiendo el plan que se fijó desde el inicio. En las fases iniciales de la recuperación, Carlos, el fisio, tuvo que trabajar en recuperar los tejidos, primero, y en permitir que la rodilla “funcionara en el alto rendimiento”, después. Ahora, eso empieza a quedar atrás. Y permite mirar hacia adelante. “La plata no sabe a oro, pero es una gran recompensa. Y, sobre todo, lo que hay que destacar es esa capacidad de resiliencia que Carolina ha llevado a la enésima potencia. La manera en la que se perdió la final hace que no estemos contentos, por la exigencia que tenemos, pero nos ubica para saber cómo trabajar hacia esa medalla de oro, que siempre ha sido el objetivo”, cerraba Fernando. Hacia allí se dirige todo el equipo.