La vida sin Juegos

Como una estrella fugaz. En París 2024, el breaking, popularmente conocido como break dance, debutó como deporte olímpico, siendo una de las principales y más comentadas novedades. En Los Ángeles 2028, sin embargo, y pese a que la disciplina se originó en Estados Unidos, no se bailará. “Tener el breaking en los Juegos fue fantástico. El público estuvo increíble y estar ahí, también. Fue una sensación diferente. Me sentí como un gladiador caminando hacia la arena, listo para la guerra. Creo que fue muy bueno para nuestro deporte", valora el b-boy estadounidense Victor Montalvo, bronce en los Juegos y presente en la Red Bull BC One de Río. “Espero ayudar en eso”, responde a AS cuando se le pregunta sobre el reto que supone haber salido del programa olímpico.

Para el breaking, estar en los Juegos Olímpicos supuso toda una revolución. La disciplina, que se mueve entre la cultura y el deporte, entró en una nueva dimensión competitiva. Los b-boys y las b-girls, que tradicionalmente habían entrenado en la calle o en salas, entraron en los centros de alto rendimiento, con todo lo que ello supone: entrenadores, preparadores físicos, planes específicos para los eventos clasificatorios... Una nueva vida. “Tener una sala de parqué, con espejos, equipada… es increíble. Tengo toda mi vida organizada para ello, desde que me levanto. La comida, las horas que duermo…“, explicaba Juan de la Torre, Xak, durante ese proceso de cambio, que también supuso un impulso económico. “Todo el marketing que se puso al servicio del breaking fue muy potente, pero, ahora, toca mirar al futuro”, reflexiona Montalvo.

Ese futuro, tal y como pasa con todos los deportes que salen de los programas olímpicos, es complejo. “A mí, personalmente, no me ha afectado a nivel mental, porque ya lo tenía previsto, pero puede que a otros atletas sí, porque habían visto que era posible vivir de ello, haciendo lo que les gusta. Son los mejores del mundo en algo y lo lógico es que no tengan que compaginarlo con otros trabajos”, defiende ahora Xak, el b-boy más importante en España. “La mayoría de las marcas, en cierta medida, se han ido tal y como llegaron. También las becas, la ayuda federativa... Es una realidad, no es intención de hablar mal de nadie”, desgrana.

En España, los b-boys y las b-girls siguen teniendo acceso al CAR de Madrid, algo que parece haber llegado para quedarse, pero ya no disponen de equipos específicos ni optan a las mismas becas que antes. “Ha pasado este momento (en referencia a los Juegos) y cada uno lo ha aprovechado como ha podido. En mi caso, sobre todo, ha sido un gran aprendizaje y una experiencia en la que me he podido conocer a mí mismo y ver mis límites, hasta superar algunos que pensaba que no podía", reflexiona Xak, que se quedó cerca de lograr la clasificación para París y que este diciembre participará en los Mundiales de China. “No estaremos en Los Ángeles, pero tampoco esperábamos estar en París", resume Montalvo, que alude a los múltiples eventos de breaking que ya existían antes de los Juegos, con la Red Bull BC One como punto álgido de la temporada. La vida sin Juegos.

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