Cuando en 2016 se quedó fuera de la convocatoria para los Juegos Olímpicos de Río, Carlos Arévalo (Betanzos, 29 años) necesitó “replantearse muchas cosas”. Seis años después de aquello, su realidad es muy distinta. El gallego atendió este martes a la XVI edición de la Gala Anual AS, donde recibió el Premio AS del Deporte en reconocimiento a su 2022 de ensueño, en el que se ha proclamado bicampeón mundial.

Su camino hacia la gloria no fue de rosas, ni mucho menos. Tras el varapalo de Río, Arévalo ingresó en las Fuerzas Armadas españolas, donde ocupa un puesto de Soldado en el Regimiento de Infantería Príncipe nº3 de Cabo Noval, Asturias. No abandonó su sueño de llegar a la élite del piragüismo, y puso en práctica todos los valores aprendidos en su nueva profesión para mejorar día a día. Rendirse nunca fue una opción.

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La constancia, ese gran añadido que siempre ha caracterizado a Carlos, fue clave para que en 2021 debutase en unos Juegos Olímpicos. No decepcionó en Tokio. Plata en el K4 500 junto a Saúl Craviotto, Rodrigo Germade y Marcus Cooper, con quienes ha construido una embarcación imparable, oro en los Mundiales de Halifax (Canadá) este año. La guinda la puso con una nueva victoria en el K1 200.

Ya confirmado como uno de los grandes del deporte español, su próxima meta está en París. Concretamente en los Juegos de 2024, en los que tiene el oro “entre ceja y ceja”. “Todos los días pienso en los Juegos, para un deportista es lo más bonito que hay. Con el trabajo del día a día es el modo de llegar a ellos. Hay que seguir trabajando y luchando por ese sueño, todo llegará si uno trabaja y uno lo pelea. Seguro que las cosas van saliendo”, comentó el gallego al recibir el Premio AS del Deporte. Sin rendirse, como siempre ha hecho, la gloria olímpica es su meta.