La bahía de Palma y el Embat son garantía de calidad
Su situación, orientada al sur y con unas medidas de 13 millas entre los cabos que la delimitan y ocho millas de fondo, es perfecta. El viento, de entre 12 y 18 nudos.
La bahía de Palma es un oasis para los amantes de la vela. Un escenario en el que disfrutar al máximo de este deporte gracias a su enorme campo de regatas y a unas condiciones insuperables. Aquí pueden convivir más de cien barcos distribuidos en diversas áreas de competición y, casi siempre, disponer de unas condiciones de viento que son ideales para la navegación. Su situación, orientada al sur y con unas medidas de 13 millas entre los cabos que la delimitan y ocho millas de fondo, es perfecta y todo esto hace que las marinadas (vientos costeros) aparezcan regularmente.
La primera semana de agosto es la fecha habitual de la Copa del Rey MAPFRE y durante este periodo, en los mediodías, es cuando se viven las mejores condiciones para regatear. Los vientos costeros adquieren un nombre diferente en cada zona del territorio y en Palma se conoce como Embat. Acostumbra a ser previsible, con una intensidad de entre 12 y 18 nudos siguiendo la trayectoria del sol, pero no siempre sopla igual y tiene sus roles (cambios en la dirección desde donde sopla). Lo que es seguro es que la bahía de Palma es garantía de calidad y de ahí la multitud de regatas que se organizan durante estos meses de verano, como la 52 Super Series en Puerto Portals, e incluso en invierno con los Dragones.
La Copa del Rey MAPFRE tiene estudiada a la perfección la bahía y distribuye por grupos a los más de cien barcos que compiten en los distintos campos de regata. Habitualmente hay tres (Alpha, Bravo y Charlie) y cada uno funciona de manera independiente, con su propio comité de regata, jueces y balizadores. Todo para hacer de esta competición una competición de prestigio y que es una de las reinas del Mediterráneo.