Italia se venga de España
La selección de David Martín cae en semifinales de la Liga Mundial frente al combinado transalpino, en la reedición de la reciente final de Budapest.
La campeona del mundo luchará este miércoles por el bronce, frente a Francia, en la Liga Mundial. 23 días después de coronarse en Budapest, la selección española de waterpolo se queda en semifinales de Estrasburgo, a un paso de una segunda final que aún hubiera hecho más brillante el verano. Se escapó el broche. Italia, muy pronto, tenía oportunidad de revancha y la aprovechó en otro partido ajustado, decidido en un final de infarto (9-8). La bestia negra, el combinado que había superado a España en sus anteriores tres finales de Mundial (1992, 1994 y 2019), saca pecho, pero los chicos de David Martín pueden seguir con la cabeza alta, tras una fase de grupos impoluta y dejando claro que hay presente y futuro. Sigue siendo una nueva generación dorada.
El contexto quedó claro desde el primer minuto. Eran unas semifinales, con su propio peso, con todo lo que significan a nivel competitivo. Y, además, el momento justo para ratificar la nueva superioridad o para levantar la mano, para responder al primer asalto, aunque el segundo se disputara en un torneo de menor importancia. Tanto España como Italia saltaban al agua de Francia, pero se sentían en la de Hungría. El inicio del partido lo confirmaba. El final, también. 2-2, 3-1, 2-2 y 2-3 en los parciales. Máxima igualdad, procedente tanto del parejo nivel de ambos combinados como de la experiencia reciente, que había dejado todas las cartas boca arriba.
Pese a las caras nuevas en las dos selecciones, los esquemas se mantenían. El equipo de David Martín es reconocible, juegue quien juegue, y los italianos también son de ideas claras. Un choque frontal, en su conjunto, que se definía a sí mismo en un primer periodo totalmente equilibrado, anticipo del desenlace, pese a un complicado interludio para la selección española, que nunca ha ganado esta competición. Tres subcampeonatos, el último en 2012, son los mejores registros nacionales. El año pasado, el techo se encontró en cuartos.
Otro final de infarto
Italia, con la herida aún por cerrar, salía con más mordiente. Como un animal en apuros frente a un nuevo depredador. De hecho, pese a la igualdad del primer cuarto, arrancaba con un parcial de 2-0, respondido por Bernat Sanahuja y Alberto Barroso. En el segundo periodo, repetía. Y castigaba a España en las transiciones defensivas, muy clarividente al contragolpe, su mejor arma. Pam, pam, pam. En medio de un intercambio de errores de cara a portería, el equipo transalpino se crecía con tres de sus zarpazos, siempre veloces. 5-3 y un mundo por delante. A dos minutos del final, los de Martín, firmes en su propuesta, de más control, ponían el empate en el marcador (8-8) a través de Roger Tahull, apuntando hacia un final similar al de Hungría, cuando los penaltis decidieron el oro. Recuerdos que la selección italiana alejaba de golpe, con el tanto de Jacopo Alesiani, el definitivo, medio minuto después. Vendetta y final, frente a Estados Unidos.