Iris Tió, el asalto al podio
La sucesora de Ona Carbonell competirá en seis pruebas en los Mundiales y se lanzará 12 veces al agua de Fukuoka. Ha crecido en el último año y aspira a volver con alguna medalla.
Retirada Ona Carbonell, madre de dos hijos y en otra rama del deporte, la natación artística alumbra a Iris Tió (Barcelona, 2002), la nueva estrella española que competirá en seis pruebas en los Mundiales de Fukuoka, que arrancan este viernes, y que se lanzará 12 veces a la piscina. Un ejercicio físico brutal en una sincro que ha mutado, con más apneas y mayor “desgaste”, que se ha vuelto más objetiva porque ahora las figuras tienen una dificultad establecida y las puntuaciones se liberan del yugo subjetivo de los jueces. Eso abre la puerta a las medallas. Todavía más sin Rusia. “El año pasado fui sexta, pero me siento mucho mejor. Estoy cerca de la japonesa (Inui) y lo debo luchar”, explica Tió, la hija de músicos, la “mezcla entre Mengual, Fuentes y Carbonell”, como define Mayuko Fujiki.
Su madre toca el clarinete y su padre el violín y, claro, ella se ha acostumbrado a bailar al son de la música clásica desde que tiene uso de razón. Su mente es un pentagrama y la notas se colocan con precisión, como en la rutina de solo técnico donde interpretará la 5ª Sinfonía de Mahler, una obra de “fuego y fuerza”. “Esta chica es la bomba. Es lo mejor que ha tenido España”, dijo Andrea Fuentes en los Mundiales de Gwangju, en 2019, cuando con apenas 16 años Tió fue parte del equipo español y del récord de medallas de Ona Carbonell.
“Los entrenamientos son más duros. Como hago tantas pruebas, me paso toda la semana en el CAR (Sant Cugat), llegó la primera para hacer el solo o el dúo y luego me uno al equipo”, cuenta. Y, en su casa del barrio de Sant Gervasi, memoriza lo aprendido: “Hago visualizaciones con la música. Son muchas coreografías, puede haber líos”. En esos momentos de soledad, Tió busca el silencio, después de “un día de mucho alboroto, de escuchar muchas veces las músicas, parar, repetir, corregir, repetir...”. Y es ahí donde también reflexiona sobre manera de ser perfeccionista.
“Me lo tomo demasiado en serio. Me aconsejan que disfrute, que debo trabajar a tope pero también vivir los momentos”, añade. Una visión que le quita tensión después de que años atrás fue designada la sucesora. “En el club siempre (el CN Kallipolis, con Anna Tarrés) tuve que nadar todo, era otra presión y una menor exigencia. Pero lo llevo con naturalidad. Los elogios desde pequeña me han dado energía, me motivaron para que siguiera”, subraya Tió, quien ya acumula la experiencia de dos Mundiales y unos Juegos y ahora quiere asaltar el podio del solo (técnico y libre), dúo (técnico y libre) y equipo (técnico y libre).