Histórico Jimbee Cartagena: primer título en la Supercopa ante el Barça

El liderazgo de Sergio Lozano, el gol de Ferrao, el espíritu de Álex Yepes, el uno contra uno de Catela… Ninguno de esos activos estuvo sobre el tablero de juego en una final de Supercopa en la que el Barça se despidió de su reinado. Un cóctel de bajas que pesó demasiado, sobre todo, cuando al otro lado del 40x20 está un equipazo como el Jimbee Cartagena. Lo que nadie había sido capaz de hacer en las tres últimas ligas y dos Supercopas, lo logró el conjunto de Duda de forma merecida. Un día para el recuerdo, que supone el primer título de la historia del equipo murciano, más que consolidado ya en la élite del fútbol sala nacional. Tras encajar un tempranero gol de Pito, el Jimbee se repuso a lo grande y con goles de Motta y Tomaz (nombrado MVP) consumó la remontada.

La final tuvo un inicio eléctrico. El Barça golpeó primero, con una jugada que parecía aislada y acabó en el 1-0. Antonio condujo con fe por banda izquierda y llegó hasta la cocina para asistir a Pito, que sólo tuvo que empujarla para abrir la lata. No obstante, la alegría culé duró un suspiro. Tres minutos después, en el 5′, los murcianos dejaron claro que no iban a arrugarse lo más mínimo ante el supercampeón. Motta trazó una diagonal y probó fortuna desde lejos. El balón se coló entre las piernas de Pito, que a su vez tapó la trayectoria a un Feixas que apenas pudo reaccionar. Vuelta a empezar.

Quedaba un mundo por jugarse hasta el descanso, pero el marcador no se movió por culpa de los dos porteros, que firmaron paradas de todos los colores. La nota negativa la dio Waltinho, que se vio obligado a abandonar el partido por una lesión en el tobillo derecho. Duro contratiempo.

Día para la historia

No obstante, el hambre de gloria y el sentimiento de revancha, después de caer ante el Barça en la final de Copa del Rey del año pasado, pudieron con esa adversidad. De hecho, con todas. Tampoco se acusó el golpe de una baja tan sensible como la de Javi Mínguez en un Jimbee que fue todo corazón, que puso el alma en cada ataque, cada defensa, cada balón dividido. A base de ocasiones, los chicos de Duda sometieron al Barça, al que Feixas mantuvo a flote con su mejor repertorio de paradas. Sin embargo, en el 29′, no pudo hacer nada para desviar el misil tierra-aire de Tomaz. Teledirigido al fondo de la red.

El Barça quedó grogui, pero se recompuso en los compases finales para caer con dignidad. Los últimos cuatro minutos fueron un asedio azulgrana sobre portería rival con portero-jugador en pista, pero faltó creatividad. También colmillo. Hubo ocasiones de sobra para hacer el empate, pero si no era por falta de puntería, ahí estaba Chemi para desviar cualquier objeto volador no identificado que sobrevolase sus dominios. Pitido final, y el resto ya es historia del fútbol sala español. El primer trofeo del año se va para las vitrinas de un Jimbee que jamás olvidará este día. Tampoco Duda, que desembarcó en este proyecto en 2019 y que no alzaba un título como entrenador desde la Copa del Rey de 2017 con ElPozo. No es para menos.

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