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JUDO | MUNDIALES EN DOHA

Fran Garrigós: “Soy muy cabezón, creo que no hay nada imposible”

El campeón del mundo de judo (-60 kg) habla con AS desde Doha. Apunta a los Juegos con fuerza. Después de Tokio, se llegó a plantear la retirada.

Fran Garrigós: “Soy muy cabezón, creo que no hay nada imposible”
IJF Gabriela Sabau

“Si ya fui campeón del mundo júnior, ¿por qué no puedo lograrlo en categoría absoluta?”, dijo Fran Garrigós (Móstoles, 28 años) a AS en mayo del año pasado, tras lograr su segundo oro europeo seguido. No se equivocaba. El domingo, el judoca español se coronó (-60 kilos) en los Mundiales de Doha (Qatar), desde donde coge un teléfono que ha echado humo en las últimas horas. Hoy, vuelve a Madrid, donde se inició en el judo a los cuatro años, con la intención de calmar los nervios de un niño inquieto. Sigue entrenando en su ciudad, a las órdenes de Quino Ruiz. Con los aros olímpicos tatuados en la parte derecha de su cadera, mira a París 2024. Es el siguiente escalón. Tanto en Río como en Tokio, perdió en su debut. Tras la derrota en Japón, incluso, se planteó la retirada.

Campeón del mundo. Qué locura.

La verdad es que sí. El móvil echaba humo, así que lo terminé apagando (risas). He dormido poco, pero aún no lo he celebrado, porque aquí sigue la competición y quería apoyar a los compañeros. En el pabellón, todo el mundo me ha felicitado, no sólo por la medalla, también por toda la competición. Creo que hice buenos combates. Tenía un sorteo complicado y cada paso iba aumentando un poco la dificultad.

Por el torneo y por el año. Aún no se ha bajado del podio.

Venía con buenas sensaciones, con plata en Lisboa (Grand Prix de Portugal) y Tel Aviv (Grand Slam). Tenía muchas ganas de los Mundiales. Era uno de los grandes objetivos del año y qué mejor forma de terminarlo que con el oro.

Miriam Blasco, Isabel Fernández, Niko Shera y ahora, usted. Entra en un club muy selecto.

Es un privilegio poder estar ahí, entre ellos. Esperemos que se siga ampliando la lista, porque eso significará que el judo español sigue creciendo.

¿Cuál es su salud?

Ahora mismo, España tiene un buen equipo. Y muy joven, además. Tanto en Grand Slam como en Grand Prix, se están sacando medallas. Se está demostrando que la salud es buena. Sacar buenos resultados en esas competiciones es muy importante para cuando llegan los grandes torneos, por el ranking y por lo que significa.

¿Y usted, cómo está? Tras los Juegos de Tokio, decidió parar...

Decidí darme un tiempo. Me tomé un par de meses de descanso, sin practicar judo. Luego, volví a entrenar, porque lo echaba de menos, pero sin ir al 100%. Iba para disfrutar y divertirme, sin sufrir. Luego, en febrero del 2022, decidí competir de nuevo en Lisboa (Grand Prix de Portugal). Quería saber si me seguía picando la competición y seguía con ganas de ganar. Fue así. Ahí me di cuenta de que quería seguir ganando y me puse las pilas.

No soporta perder.

No. En nada.

¿En esos meses, se planteó la retirada?

Me puse como plazo Lisboa. Si no hubiera notado esas ganas de seguir compitiendo, hubiera sido el momento de dejarlo. Cuando no te gusta lo que haces, es mejor dedicarte a otra cosa. Hubiera buscado algo que me volviera a hacer feliz día a día.

¿Miró mucho el tatuaje de los aros olímpicos?

Sí. Siempre me ayuda a seguir luchando. Mi objetivo es hacer un buen papel en los Juegos Olímpicos y es por lo que entreno y doy el 100% cada día.

Fran Garrigós, en el Grand Prix de Portugal.
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Fran Garrigós, en el Grand Prix de Portugal.

¿Ya se siente capaz?

No me gusta pensar que algo es imposible. Soy muy cabezón. Me gusta, por lo menos, intentarlo y darlo todo. Ya, luego, ver qué pasa, pero todo es posible.

También ser campeón olímpico, entonces.

Sí. No me voy a poner ningún objetivo de medallas, eso no depende de mí. De mí, depende el rendimiento, así que voy a prepararme al máximo para llegar en las mejores condiciones. Ese es el objetivo.

Ganar al campeón olímpico (el japonés Takato, en semifinales) es un plus para creer en ello.

Sí. Al final, cualquiera de los rivales con los que me enfrenté eran favoritos a ganar medalla. Lo importante es estar ahí. Los títulos y el ranking son números, lo único importante es ese día.

Tanto contra Takato como en la final, gana en la técnica de oro. En el judo, la línea entre ganar y perder es muy fina.

Cuando llegas a una técnica de oro, el combate se puede decidir hacia cualquiera de los dos lados. Cometer un error en ese momento es perder. Tienes que estar centrado, aguantar el cansancio... todo influye.

¿Cómo se gestiona?

Lo trabajo mucho con mi psicólogo, Pablo del Río. Me ayuda a trabajar la concentración, a centrarme en aquello que depende de mí. No puedes preocuparte sólo de ganar o perder, porque influyen muchas cosas que tú no puedes controlar.

¿Cómo lo trabajan?

Hacemos una sesión a la semana. Sobre todo, visualizamos acciones que pueden ocurrir durante los combates. Intentamos que, llegado el momento, fuera como si ya lo hubiera vivido. Tener esas sensaciones para saber qué voy a hacer. Automatizarlo lo facilita todo y hace que, en competición, todo salga más rápido.

Quino Ruiz (su entrenador) es otra figura muy importante en su carrera.

Estamos juntos a todas horas. Él está disponible las 24 horas. Para lo que sea. Tanto para el judo como para todo aquello que va más allá del tatami.

Es que su vida va mucho más allá del tatami. Ahora que ya se ha licenciado (el año pasado, en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte), ¿cómo es su día a día?, ¿hay más judo?

No. He empezado un máster de Alto Rendimiento en la UCAM, de hecho. Quería seguir la rutina de cuando estudiaba. Tener ese horario y esa rutina hace que optimices mucho más el tiempo, consigues que el día dé más de sí.