Famera o el último servicio del maestro Esteller
El defensor eslovaco, clave en la Selección que busca el oro ante Italia, llegó como recomendación del mítico entrenador de waterpolo, retirado hace un año.
Toni Esteller ha sido durante décadas uno de los gurús del waterpolo español. Siempre lejos de los focos de la Selección desde que decidiera abandonar el cargo en un vuelo de vuelta a Barcelona después de participar en los Juegos de la Amistad en 1990, a las puertas de los Juegos que se iban a desarrollar en su ciudad. Él escogió las piezas del puzle que, años después, empezarían a formar una selección invencible. Pero todo lo vio como entrenador de club, el CN Barcelona.
Desde su refugio idílico en la playa de la Barceloneta, ha seguido contribuyendo a los éxitos de la Selección. El caso de Martín Famera, el defensor de boya de la Selección de David Martín que peleará este domingo a las 20:00 ante Italia por el oro mundial, es quizás su último servicio. “Esteller era mi entrenador en Eslovaquia. Cuando jugaba en Alemania, el Atlètic Barceloneta buscaba un defensor de boya y él me recomendó. Me hicieron una propuesta y me vine para España”, comenta aún con un español de bolsillo, pero claro, con las palabras adecuadas.
Este defensor de boya nació en Strakonice, República Checa, un “pequeño pueblo de 26.000 habitantes donde tenía una vida tranquila”. Tranquila y acuática. No podía ser de otra manera. “Mi padre jugaba a waterpolo, fue profesional dos años, pero luego no lo podía compaginar con sus estudios de veterinaria. Mi madre fue nadadora de joven”. Con apenas 18 años ya se dio cuenta de que podía ser un jugador destacado en su país. “Fui a probar a un equipo de Eslovaquia y a los dos años ya me llamó la selección”.
A partir de ahí y de su llegada a España, el jugador creció como la espuma y David Martín no se lo pensó cuando consiguió la doble nacionalidad y vio que podía incluirlo en el equipo. Famera es un gran defensor y tiene un gran nado. “David es un entrenador muy bueno, es inteligente, sabe lo que quiere, no tiene miedo a hablar con los jugadores. Le da igual si eres veterano o joven, quiere a todos por igual. Te lo dice muy claro y cada jugador le respeta”, comentó desde el sofá del hotel de concentración en Budapest, un día antes de afrontar la final.
Famera será clave ante Italia. Él no pudo estar en la final de 2019 en Gwangju, pero sabe que “será un partido muy físico y duro. Ellos son fuertes, nadan mucho y no sabemos que no es un partido como ante Hungría, donde prima más la técnica y la creatividad”. Pero ve al equipo “en crecimiento, estamos preparados, cada partido nos ha dado algo para esta final”. El defensor de boya destaca “el liderazgo de Perrone” y reconoce que “no quiero pensar en el oro, nos queda un partido”. De una infancia en Strakonice al podio de Budapest con España. Las vueltas que también da el waterpolo, la mirada de Esteller y la visión de David Martín.