España vuela al ritmo de Aguirre hacia el Europeo y los Juegos

El grito de Unai Aguirre tras cada uno de sus paradones a Italia es el grito de una España que, en la semifinal del Europeo masculino, revivió sus míticos enfrentamientos contra los transalpinos de ayer, hoy y siempre, de Barcelona 92 a Budapest 22, para alcanzar una final que puede ser doblemente histórica. Porque la Selección, por increíble que parezca, nunca ha conquistado el título continental. Y porque ganarlo el próximo martes ante Croacia, anfitriona y vigente campeona, daría el billete olímpico. Vuela España igual que lo hizo su porterazo en Zagreb.

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Se hizo latente el respeto mutuo, la entidad del partido y la inmensa presión en un primer cuarto en que las defensas se impusieron a los ataques. Y eso que Felipe Perrone ya había avanzado a España a los 54 segundos. E incluso puso Alberto Munarriz el 2-0 a asistencia de Marc Larumbe. Pero se esfumaron otras muchas posesiones, aunque peor fue el inicio para Italia, que se fue topando con Unai Aguirre: Andrea Fondelli, Luca Marziali, Nicholas Presciutti y Francesco di Fulvio se dieron de bruces con el portero. No así Alessandro Velotto, cuyo trallazo se tradujo en el 2-1.

Pero faltaba por aparecer el gran goleador español, Álvaro Granados, quien al inicio del segundo cuarto certificó el tercero a media distancia, especialidad de la casa, como lo son las paradas para un Aguirre que siguió a lo suyo frente a Fondelli, Vincenzo Renzuto y Presciutti, y en general toda la Selección, muy consistente atrás. Lo que no venía siendo una constante en este Europeo, porque aún no había marcado, eran los goles de Blai Mallarach, que vino a estrenarse en el momento más oportuno. El 4-1. Y no llegó el quinto justo antes del descanso porque se activó Marco del Lungo, otro porterazo, para detenerle un penalti a Miguel de Toro.

A la décima parada llegó Aguirre a poco de reanudarse el choque, a tiro de De Fulvio, y una más, suma y sigue, en la jugada siguiente de los italianos, otra vez Fondelli, antes de volar cara a cara con Vincenzo Dolce. Con tantísimo acierto en la meta, la Selección no podía hacer más que mantener o ampliar su distancia, tal como logró Álex Bustos mediado un tercer cuarto que concluyó, igual que el segundo, sin goles de Italia.

No en vano, el ‘settebello’ se descorcharía en el último cuarto, a la desesperada, con los dos tantos de Francesco Condemi, que trató de neutralizar Granados de penalti. Y de esa manera también puso el 6-4 Edoardo di Somma a cinco minutos para el final, que hubiera resultado peligrosísimo de no ser porque España cuenta con jugadorazos universales como Perrone, autor del tranquilizador 7-4. Y Aguirre, que continuó su recital ante Di Fulvio y Di Somma.

Un ciclo increíble

Alcanza así España la cuarta final continental de su historia con el objetivo evidente de colgarse el primer oro. Y para ampliar un palmarés extraordinario con David Martín como seleccionador. Desde 2018, se ha metido la Selección en seis finales, con oro en los Mundiales de Budapest 2020 y la World Cup del año pasado, y plata en los Europeos de Barcelona 2018 y Budapest 2020 y los Mundiales de Gwangju 2018. Y siempre, siempre, entre los cuatro primeros. La final será ante Croacia, que batió a Hungría 11-8. Así que España se jugará también ante el equipo balcánico su presencia en los Juegos Olímpicos.

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