Mientras David Martín, seleccionador masculino desde 2017, y Jennifer Pareja, icono del waterpolo (2000-2016), recogían el Premios AS del Deporte, la Selección femenina se entrenaba en Los Ángeles (Estados Unidos) después de ganar a Estados Unidos el pasado lunes y los integrantes del equipo masculino jugaban su jornada de Champions con el Atlètic-Barceloneta y el CN Sabadell.

Lejos de los oros del verano, el waterpolo es un deporte sacrificado, de jugar en piscinas semivacías, de entrenar muchas horas y de vivir en la clandestinidad de las minorías. “Para seguir ganando medallas tenemos que seguir entrenando”, resume Anni Espar en el vídeo que enviaron las jugadoras desde Estados Unidos.

Las guerreras del agua, como se autodefinen, han vivido otro año en el podio y ya va una década, desde aquel torneo idílico en Londres 2012. Bien lo sabe Pareja, ahora en el Consejo Superior de Deportes (CSD), antes la referente de ese equipo que fue plata en Londres 2012 y ganó el Mundial de 2013 y el Europeo de 2014. “No paramos, las chicas ahora están Estados Unidos y consiguieron ganarles, así que seguimos consiguiendo victorias y buscando nuevos retos”, comentó. En este 2022, y después de perder ante Estados Unidos en los cuartos de final del Mundial de Budapest, las de Miki Oca se han colgado el oro en el Europeo de Split y en la Liga Mundial por primera vez en su historia. ¡Qué reacción!

Si las chicas llevan años siendo garantía de oros, la Selección masculina vivió una catarsis en este 2022. Por fn, 21 años después y tras cuatro platas, un bronce y un cuarto puesto olímpico (todo vivido por David Martín como jugador primero y luego entrenador), la Selección volvió a ganar el oro mundial. Se quitó la espina tras tres finales seguidas perdidas. “Somos un deporte muy exitoso, nos respetan en todo el mundo y nunca paramos de trabajar. Ahora los chicos están en temporada de clubes y trabajan duro. Estos reconocimientos son un orgullo para nosotros”, explicó un emocionado seleccionador, el colofón a otro noche de oro.

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