El soldado Garach está de vuelta
El primer español que se acogió a las plazas en el Ejército para deportistas de alto nivel, en marzo, ya ha completado su formación y regresará a la natación este enero, en Lanzarote.
Acababa de proclamarse campeón de España de 200, 400 y 800 metros libre, un par de semanas antes, en el Open de Primavera. Y el verano anterior, en París, había sido olímpico tanto en la piscina de La Défense Arena como en las aguas abiertas del río Sena. Pero el pasado 31 de marzo, Carlos Garach anunció con 20 años una decisión que venía barruntando: la retirada de la natación para iniciar su carrera militar. Él prometió que sería una pausa temporal. Y, afortunadamente, así ha acabado siendo.
El granadino, que cumplió 21 años el pasado 25 de julio, mientras la mayoría de sus compañeros competían en los Mundiales de Singapur, forma parte de la convocatoria que el equipo español de aguas abiertas hará a la vuelta de la Navidad, del 4 al 15 de enero, en Lanzarote. Allí se entrenará junto a María de Valdés, Ángela Martínez, Mario Méndez o Mateo García, con Xavier Casademont, su entrenador hasta el parón, al mando. Quedarán aún ocho meses para los Europeos, que precisamente discurrirán de nuevo en París, en agosto de 2026.
Vigente plusmarquista nacional de 400 y 1.500 libre, campeón del mundo júnior de 800 y 1.500 libre en Lima 2022, con 18 años, y subcampeón europeo en aguas abiertas en Corfú 2023, Garach se convirtió en el primer español en acogerse a las plazas en el ejército para deportistas de elite, fruto del convenio firmado en octubre de 2024 entre el Ministerio de Defensa y el Comité Olímpico Español, con la intención de compaginar la natación con el desempeño militar al estilo del deporte italiano, aunque con la obligación de detenerse más tiempo. En este caso, nueve meses.
“Me quería meter en el ejército después de Selectividad pero con los resultados que iba obteniendo preferí representar a España en el agua. Y más adelante ya lo haré como militar”, explicaba en AS en el verano de 2024, antes de los Juegos, lo que denota que ya tenía en mente este salto.
En memoria de su abuela
De hecho, su inclinación surgió desde muy pequeño, dado que uno de sus bisabuelos fue militar y la hija de este, su abuela, le inculcó esa pasión por el ejército. El destino quiso que ella lamentablemente falleciera en febrero, justo antes de que este se acogiera al plan para deportistas de elite e ingresara en el Ejército de Tierra.
Un especialista en Transmisiones que quiere ser oficial
Fue en mayo cuando Garach pasó al Centro de Formación de Tropa número 2, en el acuartelamiento de Camposoto, en San Fernando (Cádiz). Y allí juró bandera el 12 de julio para continuar hasta octubre con su fase de formación específica. Especializado en Transmisiones (dicho de otro modo, telecomunicaciones), los dos últimos meses los ha pasado en la Unidad de Transmisiones del Mando de Artillería Antiaérea de la Base El Copero, en Dos Hermanas (Sevilla).
Y la pregunta del millón: ¿en qué condiciones regresará el plusmarquista español y campeón mundial júnior? Lo cierto es que, pese al estricto régimen militar y estar sometido durante meses a una dura formación, Garach ha encontrado tiempo para no perder ni un ápice de forma en la natación, a la que en todo este tiempo ha dedicado las tardes, en el tiempo libre entre el zafarrancho y la noche, tanto en la piscina como en el gimnasio.
A partir de ahora, seguirá compaginando sus dos pasiones, con el objetivo de Los Ángeles 2028 por un lado y de ascender hasta oficial, por otro.
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