El Open de España ilusiona a los tres mil jugadores nacionales

El croquet, deporte muy popular y practicado en países de influencia británica, en España aún no es reconocido como deporte por el CSD. Por eso, para sus valedores, casi 3.000 parcticantes en nuestro país, el IV Open que se celebra en el Club de Campo de Madrid desde este viernes al domingo, genera ilusión y expectativas. Las tres primeras ediciones fueron cada cuatro años, y la cuarta ya es bianual.

“El croquet es una disciplina totalmente inclusiva, que juegan hombres y mujeres juntos, sin diferencias de edades, y totalmente amateur”, explica el presidente de la española, Guillermo Navarro.

El Open lo disputan en total 32 jugadores, con representación internacional; los españoles José Riva y Andrés Álvarez parten entre los favoritos. “Normalmente tenemos muchas peticiones del extranjero, pero en esta ocasión las fechas coinciden con un torneo en Inglaterra y otro en Egipto”, explica Guillermo Navarro, que hace mil veces números para sobrevivir “con las cuotas de los jugadores y con dos patrocinadores”, Volvo y Pastas Garofalo.

José Luis Álvarez, presidente de la Federación Internacional, explica que “España es una potencia en el croquet, por detrás de Inglaterra, Australia, Nueva Zelanda y Egipto”, y lo razona con resultados: “En el último Mundial, en la primera división, participaban ocho selecciones; las dos últimas descendían. Pues España se mantiene”.

Cuentan Guillermo y José Luis que del deporte de los aros y el mazo hay referencias desde el siglo XIII, aunque fue en el siglo XIX cuando se reglamenta como deporte de competición, y aunque España no tenga reconocimiento oficial, “fue olímpico en 1900, en París”. “Por ahora, las comunidades de Galicia y Madrid ya nos reconocen la condición deporiva”, señala Navarro, jugador de golf a quien el croquet le ha atrapado quizá por todo lo que tiene de táctico.