El Mundial femenino es cosa de chinas
Ju Wenjun, cuatro veces campeona, defiende su cetro ante Tan Zhongyi, a quien se lo arrebató en 2018. Ambas son de la misma quinta: 1991.

Este jueves comienza en Shanghai el Mundial femenino, programado a doce partidas, y si fuese necesario una extra de desempate. La segunda parte del campeonato, desde la séptima, se celebrará en Chongqing, curiosamente las ciudades de nacimiento de las dos protagonistas, Ju Wenjun (la vigente titular que abre la competición en su casa) y Tan Zhongyi, la retadora, que tendrá la ocasión de levantar y recuperar el centro en su localidad de origen.
El ajedrez femenino lleva años en este siglo siendo cosas de chinas, desde que Hou Yifan abrió la puerta en 2010 y mantuvo el título hasta el 2016 (cuatro veces seguidas). Lo cedió brevemente a la ucraniana que defendía a Eslovenia Anna Muzychuck, que con su hermana Mariya es una firme defensora de los derechos de la mujer, incluso abandonó un torneo en un país árabe por el trato que recibía y que consideraba vejatorio. Anna ha frecuentado España disputando el nacional de clubes.
Anna Muzychuck, tres veces campeona mundial, dos de ellos en ajedrez rápido, cedió su título a Tan Zhongyi (33) en 2017, y ella, a su vez, a Ju Wenjun (34) que lo mantiene desde 2018 con cuatro campeonatos consecutivos. Ju, a su manera, también reivindica la imagen de la mujer en el ajedrez: en 2016 derrotó al inglés Nigel Short (59) que poco antes había declarado ampulosamente que el cerebro femenino no estaba preparado para el ajedrez. Nigel, con 2.500 puntos ELO, en 1993 ganó a Karpov para disputar la final del Mundial masculino ante Kasparov, y ahí se quedó, en retador sin éxito.
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos