El hombre capaz de bajar a 130 km/h sobre una tabla
Diego Poncelet es el primer español que se proclama campeón del mundo de descenso, una modalidad de skateboarding cada vez más popular. “Quería ser como Fernando Alonso”.
Lanzarse carretera abajo sobre un monopatín, superando con holgura los 100km/h, parece una tarea reservada para unos pocos ‘locos’. De este grupo sobresale Diego Poncelet (Ciudad de México, aunque criado en Mallorca, 23 años). “Al principio, ¡claro que sientes miedo!”, admite a AS el español, campeón de España y del mundo en 2022 de la modalidad downhill de patinaje después de arrasar con ocho victorias sobre nueve posibles. “El incentivo económico es pequeño, pero la pasión lo suple. He tenido experiencias increíbles por todo el mundo”, resume Poncelet antes de embarcar hacia Argentina, donde esta semana representará a España en los World Skate Games, los Mundiales de patinaje por países.
El descenso nació allá por los años 70 en California, y en la zona hay tal arraigo que existe la posibilidad de que sea incluido en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 2028, ya que la organización tiene la potestad de incluirlo. “Tengo ganas de ver hasta dónde llega este deporte que tanto está creciendo, sobre todo si entra en los Juegos”, comenta sobre una disciplina que históricamente ha sido dominada por estadounidenses y brasileños. El mallorquín es el primer campeón mundial español de la historia, y el primer europeo que lo consigue desde 2015. “En Europa se patina de una manera menos competitiva. En Estados Unidos notas que la gente es más agresiva, no necesariamente a mal, sino que piensan más en la competición”, explica.
Fan apasionado de la Fórmula 1 y de Fernando Alonso, Poncelet recuerda que “de pequeño quería ser como él, no me perdía ninguna carrera con mi padre”. Sin embargo, en 2014 descubrió el skate, un deporte en el que encuentra muchas similitudes con su gran pasión. “Hay una relación en la manera de tomar las curvas o de aprovechar los rebufos”. El gran cambio llegó años después de su iniciación, y gracias a un accidente. “En 2016 me rompí una pierna esquiando y me propuse ser campeón del mundo de descenso cuando volviese, por lo que un año más tarde empecé a competir”. En su progreso se interpuso la pandemia, pero nada frenó al patinador que se ha criado por los descensos de la Sierra de Tramuntana multiplicándose. “Además de patinador, soy mi propio entrenador, ya que no tengo. Incluso soy un poco ingeniero porque también monto mi tabla e intento añadir innovaciones aerodinámicas”, cuenta entre risas.
La realidad es que el downhill todavía es un deporte precario, algo que Poncelet explica poniendo su ejemplo. “Todavía no podemos vivir de esto. Hay riesgo de hacerse daño y hay mucho tiempo invertido, pero no da demasiado dinero”. Ante esta situación, Diego cuenta con la seguridad de haber finalizado sus estudios de Relaciones Internacionales: “Sabía que no podía basar todo en este deporte. Tengo mucha suerte de estar en la posición en la que estoy, pero me interesa tener un plan B”.
Actualmente, sus viajes los financia gracias a varios patrocinadores, pero el mallorquín asegura que no es suficiente de cara al futuro. “Si tengo que tener un trabajo, entrenar y competir, sería muy complicado, por lo que debo encontrar patrocinadores”. Y todo ello, siendo consciente sobre el gran riesgo que conlleva su actividad. “Claro que hay miedo a lesionarse y que eso te haga perder dinero”.
El momento cumbre de su todavía corta carrera lo vivió el pasado 9 de octubre en Capadocia (Turquía), donde certificó su victoria en el Campeonato del Mundo. Lo hizo a lo grande, además, ganando el evento, el cual era el último de los tres que componen el Mundial (fue primero en Italia y sexto en República Checa). “Sentí la presión, veía que tenía mucho que perder. Era el momento más importante de todo el año. Pero fue algo positivo porque me hizo evolucionar y fortalecerme mentalmente”, narra el balear antes de describir cómo prepara y vive un descenso. “Hago mucha visualización. Voy al terreno unos días antes y veo la pista, también en vídeo. Cuando confías por completo en tus capacidades, sabiendo perfectamente lo que vas a hacer y los riesgos que vas a tomar, ya te dejas llevar. Es tu subconsciente el que patina. No lo piensas y dejas que ocurra”.
La siguiente meta para Poncelet se encuentra en San Juan (Argentina), donde el próximo 13 de noviembre buscará el oro en los World Skate Games. “La pista no es ideal para mí porque es fácil. A mí me vienen mejor las curvas y rectas rápidas, como las que hay en Mallorca. Todo el mundo puede ganar porque la técnica vale menos”, detalla Diego sobre su próximo reto. “Para mí es más importante el Campeonato del Mundo porque premia la consistencia, aunque cada patinador tendrá una opinión distinta. Lo especial de este evento es que representas a tu país. Es un gran reto, pero me siento capaz”, cuenta el skater, sabedor de que ya es un rival a batir. “Eso me han dicho. Hay mucha gente focalizada en ganarme, pero yo intento no notar esa presión. Me centro en mi rendimiento. Prefiero perder una carrera habiéndolo hecho bien, que ganar una por suerte. Creo que esa mentalidad te hace llegar a tus objetivos personales como atleta y como persona”. De momento, ya ha hecho historia para España y es un pionero en esta práctica en constante crecimiento.