El fenómeno ‘zona 2’: así es el entrenamiento de running de baja intensidad que inunda las redes
Es el término de moda entre los corredores amateur, y aunque pueda parecer de ejecución complicada, es un ejercicio adaptable a la rutina de cualquier corredor.


Los conceptos de moda del running pueden abrumar a los recién iniciados, pero nada como un buen traductor para poder desgranar los conceptos más sencillos.
El entrenamiento en la famosa zona 2 del running sigue sumando adeptos, labrándose una reputación entre los noveles de esta modalidad deportiva y también entre los grandes entrenadores profesionales de resistencia. Pero, ¿qué es la zona 2?
Qué es un entrenamiento de running en zona 2
Primeramente, debemos entender a qué nos referimos cuando hablamos de zonas. Se ajustan al nivel de intensidad en el que trabajamos durante un entrenamiento, y aluden, en intervalos numéricos, a la frecuencia cardiaca de cada deportista.
Por tanto, si bien consideramos que la zona 1 sería andar a paso ligero y por debajo del 60 por ciento de nuestra frecuencia cardiaca máxima; trabajar en zona 2 implicaría entrenar con unas pulsaciones marcadas entre el 60 y el 70 por ciento de la capacidad que nuestro corazón marque, siempre según el estado de salud cardiovascular del corredor en cuestión.
Más resistencia, menos lesiones
Tanto corredores como ciclistas, sean amateur o profesionales, se pueden ver beneficiados de esta tendencia de entrenamiento.
Su ganancia principal reside en la capacidad de desarrollo de la resistencia aeróbica, ya que el bajo ritmo en el que transcurre el entrenamiento provoca mejoras tanto a nivel cardiovascular (realizar ejercicio durante periodos más largos) como en la función mitocondrial, fomentando el desarrollo de nuevas células.
Si bien la clave de este entrenamiento reside en el máximo control que hay que ejercer sobre nuestro ritmo cardiaco, se trata de una modalidad segura y sostenible, que no exige en demasía al corredor a nivel cardiovascular o pulmonar y que reduce potencialmente al mínimo el riesgo de sufrir lesiones.
Además, su ritmo bajo es el más adecuado para que los recién iniciados no solo ganen resistencia, sino para que también puedan entrenar y mejorar su técnica de carrera.
La grasa, fuente de energía en zona 2
Pero los beneficios de correr en zona 2, ya mencionados, no son solo físicos, sino también estéticos, lo que también ayuda a esta modalidad a sumar más adeptos. El kid de la cuestión reside en la fuente de energía que el organismo utiliza para desarrollar este entrenamiento en cuestión: la grasa.
Si bien no se trata de una opción mágica que nos hará perder peso sí o sí, hay que tener claro que hace más eficiente al cuerpo a la hora de consumir energía, especialmente para las células y la citada función mitocondrial.
El hándicap... del aburrimiento
Si bien para los más novatos puede ser un método de entrenamiento motivador, al ir notando los beneficios de esta rutina de manera efectiva, puede no ser tan grato para los más experimentados.
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El entreno en zona 2 es una modalidad que requiere paciencia, ya que un trabajo de baja intensidad, con sesiones de más de una hora a ritmos lentos, puede derivar en el hastío y en el abandono. De igual modo, este entrenamiento suele conformar el 75 por ciento aproximado de la rutina total de un corredor experimentado, el cual se alternará con sesiones cortas de alta intensidad.
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